La continuidad es un legado
El día que un equipo italiano contrató a su hijo -al que él había entrenado durante años- Hugo Conte, máximo símbolo de la generación que cambió la historia del vóley en Argentina, le dijo a su esposa: “Está hecho para esto. Ya puede volar alto y fuerte”. Facundo Conte, el heredero, el chico que nació rodeado de voleibolistas y creció acariciando la medalla de bronce de su padre, completó ese vuelo esta madrugada en Tokio en un duelo gigante frente a Brasil. Después del partido el hijo buscó al padre como cuando lo esperaba a la vuelta de los entrenamientos y se le prendió en un abrazo infinito. Hasta llorar mucho y hasta llorar juntos.