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ECONOMIA

23 de enero de 2015

La muerte del fiscal Nisman puso en compás de espera los reclamos sindicales

Ganancias, paritarias, costo de vida y unidad gremial, entre otros temas, quedaron momentáneamente reducidos a palabras huecas frente a la dimensión del drama ocurrido esta semana en Argentina

La oscuridad de las circunstancias alrededor del final macabro que tuvo Alberto Nisman terminó por envolver a todos los sectores de la sociedad argentina, que desde el lunes a la madrugada -cuando se conoció la noticia- andan literalmente a tientas, valiéndose apenas del tacto para acertar el camino que conduzca hacia una vela que dé un poco de luz. Y aunque muchas veces parezca ensimismada en su propia burbuja, ajena al mundo exterior, la dirigencia sindical también quedó atravesada por la conmoción general que provocó la muerte del fiscal.

Impuesto a las ganancias, paritarias, costo de vida, unidad gremial (los temas que hoy más ocupan al sindicalismo) quedaron momentáneamente reducidas a palabras huecas, casi vacías de contenido, frente a la dimensión del drama ocurrido durante esta semana negra de la Argentina.

Campea entre los dirigentes la sensación de que no podrán avanzar -o retroceder- un centímetro de terreno hasta que se aclare mínimamente qué pudo haber pasado para que terminara como terminó el hombre que pretendía sentar a la doctora Kirchner en el banquillo de los acusados. En cualquier caso, la coincidencia es unánime: el costo del cimbronazo lo terminaría pagando el Gobierno, fuera de que ya ven como un acertijo imaginar qué hará la Presidenta para sortear con final feliz el último tramo de su estancia en el poder.

En casi cinco días de bocas selladas, hubo ayer una primera reacción. La tuvo la CGT opositora de Hugo Moyano. A instancias del camionero, esa central difundió un comunicado sobre el caso Nisman. Señaló el texto que si no surgen pronto respuestas claras "las sospechas van a prosperar, carcomiendo la confianza del ciudadano" en la democracia, por culpa de un hecho al que caracterizaron como "el más grave de nuestra historia reciente".

Como tantas veces, Moyano encomendó la redacción a su pupilo Juan Carlos Schmid. El hombre de Dragado y Balizamiento eligió una prosa parecida a la utilizada el miércoles por la Conferencia Episcopal Argentina, midiendo cada vocablo, puntualizando que la hora reclama prudencia y cautela para lograr un rápido esclarecimiento de lo ocurrido en el departamento de Puerto Madero. En esa línea, se reclama esfuerzo a la Justicia y apoyo al Gobierno para que se pueda investigar. Pero advierten: "La inacción no es prudencia, es complicidad; y el silencio, cobardía".

La CTA combativa, la que lidera el estatal Pablo Micheli, fue un paso más allá, al convocar a una marcha a Plaza de Mayo para el miércoles 4 del mes que viene. Igual que siempre, el sindicalismo alternativo no logra circunscribirse a una consigna puntual y volvió a recargar la convocatoria con los reclamos más variados; una metodología en la que el bosque, en forma invariable, termina tapando el árbol.

Así, la CTA Micheli, junto a formaciones políticas de izquierda y algunas entidades de derechos humanos, van a exigir la creación de una comisión investigadora independiente para investigar qué pasó con Nisman, la apertura de los archivos de la causa AMIA, que se hagan públicas las pruebas que estaban en poder del fiscal, la democratización del Poder Judicial, de las estructuras de seguridad y del Sistema de Inteligencia en Argentina, la nulidad de la Ley Antiterrorista y de los proyectos de espionaje contra los luchadores del campo popular. ¿No será mucho?

Como contrapartida, las centrales K, esto es la CGT de Antonio Caló y la CTA del docente Hugo Yasky, irán para el lado donde el oficialismo les diga que el viento sopla.

Por lo demás, el verano venía transcurriendo en un clima de calma chicha para el sindicalismo peronista. Con Luis Barrionuevo tratando de armar una de sus clásicas tenidas gastronómicas en su chalet marplatense, un clásico en la postrimerías de cada enero. La especial atención que tiene en éste el líder de la CGT Azul y Blanca es tratar de reverdecer el romance con Moyano, para volver a andar juntos de la mano, como el año pasado. Dicen que se va a hacer.

Uno que dio la nota fue el ferroviario Omar Maturano. En una entrevista se despechó diciendo que el ciclo de Moyano estaba acabado y que tendrá que dar un paso al costado. Hablaba de la omnipresente unidad sindical, que se sigue negociando en reuniones bien reservadas, en las que el sindicalismo ultra K (la UOM, mecánicos, textiles, etc.) no tiene cabida, ni quiere. También señaló Maturano que el próximo mandamás sindical tiene que salir del lote de gremios del transporte. Quisiera ser él.

Justamente, el jefe de los conductores de locomotoras (La Fraternidad) confirmó a Infobae que esas organizaciones volverán a juntarse el mes que viene para resolver probables medidas de fuerza, en demanda, entre otras, de una reforma impositiva integral, que haga foco en un adecuación del actual mínimo no imponible de Ganancias.

El que seguro va a concurrir a esa reunión con indisimulable satisfacción es el jefe del gremio de los coletiveros, Roberto Fernández. El titular de la UTA viene de acordar con la patronal y el visto bueno del Ministerio de Trabajo un incremento salarial de 5 mil pesos, a cuenta de las paritarias que se negocian en marzo; y a pagar en tres meses (2 mil en enero, 1500 en febrero y los 1500 restantes en marzo). Se verá el mes próximo si conserva el ánimo combativo de fines de 2014.

El panorama de los gremios del transporte se completa con la elección de nuevas autoridades que se hará en la estratégica Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), durante 10 días, entre el 26 de este mes y el 2 de febrero. La gran curiosidad es que se enfrentarán los hermanos Pablo (actual jefe del gremio) y Daniel Biró. Es decir que el triunfo, cualquiera gane, va a quedar en familia.

Pero habrá que ver hasta dónde pesan las cuestiones fraternales. Porque se juega un mano a mano entre moyanistas (Daniel) y representantes de la Cámpora (Pablo). Prometen sacarse chispas. Por ahora, la sombra negra del fraude recorre los pasillos del gremio.

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