Por Florencia Bombini
@florbombini

La historia de Paula Barroso y Germán Benítez es sólo una representación de lo que ocurre en otros grupos familiares, que decidieron aportar su granito de arena para mostrar el lado solidario de esta sociedad, recibiendo en sus hogares a chicos con derechos vulnerados. 

Este matrimonio es uno de los tantos que han elegido seguir este camino y convertirse en las denominadas “familias de abrigo” para albergar a niños que fueron separados de sus padres o que se encontraban en situación de calle.

Paula y Germán quisieron dar un paso adelante en el programa “Familias afectivas de sostén”, que corresponde a la Secretaría de Desarrollo Social del municipio de La Matanza, y, tras haber sido evaluados, recibieron a una pequeña beba que hoy cumple seis meses.

Esta medida de abrigo es hasta 180 días, tiempo en el cual el niño que está en cuidado transitorio forma parte de un grupo familiar y recibe el cariño que no había conocido hasta este momento.

Sin embargo, no es una misión tan sencilla para quienes se inscriben en este programa, porque si bien están en constante contacto con el equipo de profesionales, deben saber que no tienen derecho de proponerse para la adopción de los chicos.

La pequeña nueva integrante de esta familia se sumó a Olivia, la hija de apenas cinco años de este matrimonio que hoy vive en Glew, a pesar de que cuando comenzaron los trámites se encontraban en San Justo.

“Nos preguntaron por qué decidimos anotarnos en el programa y les explicamos que queremos dar una mano porque los protagonistas de estas historias no dejan de ser criaturas que necesitan cariño”, explicó Paula en diálogo con este medio.

La hora del desarraigo no será sencilla, ni para ellos ni para Olivia: “A ella se le explicó que la beba va a tener su familia en algún momento como ella tiene papá y mamá. Lo entiende y dice que es su hermana temporal”.

Mientras tanto, la beba está recibiendo la atención necesaria, con una alimentación especial para su crecimiento y una buena cobertura de salud. La pequeña dejará este hogar en un futuro para conocer a sus padres adoptivos, pero la idea de Paula, de Germán y de Olivia es “seguir con este proyecto y ay udar para que los chicos sepan lo que es el amor de una familia”.