Donald Trump, amenazó al ex director del FBI James Comey, al que despidió esta semana, con que no se le ocurra filtrar a la prensa las conversaciones que mantuvo con él, en plena tormenta política en Washington por la presunta injerencia de Rusia en las elecciones del año pasado.

Comey lideraba la investigación sobre la presunta interferencia de Rusia en las elecciones estadounidenses de noviembre pasado para favorecer un triunfo de Trump por sobre su rival demócrata Hillary Clinton, un tema que ha sido una piedra en el zapato del mandatario desde que asumió, en enero pasado.

Los demócratas acusaron rápidamente a Trump de haber echado a Comey porque la investigación lo comprometía cada vez más y lo compararon con Richard Nixon, quien hasta esta semana era el único presidente del país en despedir a un funcionario a cargo de una pesquisa vinculada con la Casa Blanca.

"A James Comey más le vale que no haya cintas de nuestras conversaciones antes de que él empiece a filtrar (informaciones) a la prensa", aseguró Trump esta mañana en un críptico mensaje en la red de Twitter, que utiliza en ocasiones para airear sus frustraciones, informó la agencia de noticias EFE.

La amenaza de Trump se da después de que personas cercanas a Comey indicaran a la prensa que es "imposible" que el ex director del FBI le confirmara al presidente que no estaba bajo investigación por posibles vínculos con representantes del gobierno ruso, que intentaron interferir en el resultado de las elecciones.

En la carta en la que Trump notificó el despido inmediato a Comey, el mandatario añadió un extraño párrafo en el que agradecía a Comey confirmarle "en tres ocasiones" distintas que no estaba bajo investigación en el caso de la posible coordinación de la campaña del republicano y representantes del Kremlin que lidera el FBI.

Este jueves, el presidente reiteró esa afirmación durante una entrevista con la cadena NBC.

Esa posibilidad implicaría que Comey incumplió las normas de la primera institución policial y de investigación federal que no debe discutir investigaciones en marcha con personas implicadas o con intereses en la misma.

Los medios de comunicación estadounidenses han destacado lo inapropiado de que el presidente, en una de las tres ocasiones a petición de la Casa Blanca, mantuviese conversaciones con el encargado de una investigación que podría salpicarle personalmente.

La Casa Blanca dijo al principio que el despido estuvo motivado por las recomendaciones del Departamento de Justicia, del que depende el FBI, por el mal manejo de la investigación sobre el manejo de las comunicaciones de Clinton en las elecciones cuando era secretario de Estado, algo que pudo haber causado su derrota.

No obstante, Trump, en todos sus comentarios desde la salida de Comey, ha vinculado su decisión al manejo de Comey de la investigación sobre Rusia, que el considera una invención sin fundamento para atacarle. 

Los lazos de Trump con Rusia, así como la inconsistencias que podrían surgir entre su función como jefe de Estado y su rol como empresario, han estado en el centro del debate desde antes de que el magnate llegue a la Casa Blanca.

Si bien al asumir la presidencia, en enero pasado, el mandatario pasó a sus hijos el control de sus empresas, los posibles lazos entre Moscú y Washington, desvelan a la Justicia estadounidense. 

Este viernes, dos de sus abogados, aseguraron que las declaraciones de impuestos de los últimos 10 años no muestran "ningún ingreso de ningún tipo de fuentes rusas" salvo "pocas excepciones", entre ellas la venta de una mansión en el estado de Florida a un millonario ruso por 95 millones de dólares.  

La información fue distribuida por la oficina de prensa de la Casa Blanca, que trató así de rebajar las sospechas sobre posibles lazos de Trump con Moscú.

La difusión de la carta parece también un intento de acallar a quienes piden que Trump publique sus declaraciones de impuestos, dado que es el primer presidente estadounidense desde Gerald Ford (1974-1977) que no difunde esos documentos.

"Con unas pocas excepciones sus declaraciones de impuestos no reflejan ningún ingreso de ningún tipo proveniente de fuentes rusas", indican los abogados y asesores fiscales de Trump, Sheri Dillon y William Nelson, en la carta.

Trump tiene intereses en más de 500 entidades como propietario principal o único, y aunque ha cedido el control de su entramado empresarial, la Organización Trump, a sus hijos Donald Junior y Eric, el hecho de que sea su familia quien maneje esos negocios ha despertado preocupaciones por posibles conflictos de interés.