30 de abril de 2017
Nadal se echó "dos al hilo" en Barcelona
El número 5 del ranking mundial derrotó en la final al austríaco Dominic Thiem por 6-4 y 6-1, y defendió la corona en Conde de Godó. Conquistó su décimo título en este torneo y marcó un récord en la Era Abierta.
El español Rafael Nadal, quinto posicionado del ranking mundial, se alzó este domingo con el Trofeo Conde de Godó por décima vez en su carrera, al derrotar en la final del certamen que se disputa en la ciudad de Barcelona al austríaco Dominic Thiem, por 6-4 y 6-1.
Nadal, una semana después de convertirse en Montecarlo en el primer hombre en ganar diez trofeos de un mismo torneo en la Era Abierta, repitió el hito en la cancha central del torneo barcelonés, que este año fue bautizada con su nombre, al vencer a una de las grandes promesas del tenis actual en una hora y treinta minutos.
"Significa mucho para mí ganar aquí, en mi casa. Estoy muy feliz y emocionado", confesó Nadal, luego de recibir el trofeo Conde de Godó, al tiempo que resaltó: "Son dos torneos súper especiales para mí. Ganar en Montecarlo y Barcelona es un inicio en la tierra soñado".
Ahora, el tenista nacido en Manacor intentará repetir la mágica cifra de diez títulos en un mismo torneo en su Grand Slam favorito, Roland Garros, que se disputa también sobre polvo de ladrillo, superficie en la que es el tenista más ganador de la historia tras superar a Guillermo Vilas.
En la jornada del domingo, donde las condiciones de juego no eran las mejores porque el frío y la humedad le agregaron un poco de lentitud a la tierra de la cancha, Nadal se mostró rápido, sólido y paciente para ganar en dos sets y cerrar el certamen sin haber cedido ni un solo parcial en su camino hasta el título.
Thiem dio pelea en buen nivel durante el primer set, pero se desmoronó por completo promediando el segundo, sobretodo, luego de que el español le quebrara el servicio para colocarse 3-1 arriba.
Nadal quebró mentalmente al austríaco, tanto que el joven cedería de nuevo su saque, pero esta vez no se lo ganaría el español, sino que sería él quien se lo entregara cometiendo cuatro errores no forzados.