Se les subió la tanada y están que explotan... El lunes, los violentos fueron protagonistas apretando al plantel de Atlanta, con agresión física incluida a un futbolista. Y ayer le tocó a uno de los entrenadores de Italiano, Juan Chumba, quien resultó ser víctima de las amenazas telefónicas de la barra del Azzurro.

"Hijo de puta, váyanse porque si no, te voy a pegar un tiro a vos y a tu familia", le dijeron. El clima venía tenso desde el sábado, cuando los jugadores y la dupla técnica, que también conforma Horacio Montemurro, recibieron una inesperada "visita" tras la práctica en Ciudad Evita.

Cerca de diez hinchas aparecieron en la zona de vestuarios y, con mensajes intimidatorios, apretaron a los entrenadores ("si no ganan, se tienen que ir"), y hasta les quisieron "armar" el equipo que tenía que jugar al otro día. Lo sucedido generó un gran malestar en la previa del partido del último domingo frente a Deportivo Merlo.

La interna dirigencial es muy marcada. Encima, el día del partido aparecieron banderas improvisadas pidiendo por Gabriel Manzini (actual DT de Deportivo Merlo, que duró apenas 8 partidos en Italiano por su mala relación con el plantel) y también por Mario Rizzi.

El agónico empate del Charro, en Ciudad Evita, volvió a generar un clima de nerviosismo entre los hinchas. Mientras los jugadores se retiraban a la zona de vestuarios, Chumba volvió a cruzarse con los mismos barras que lo habían ido a apretar.

Y alambrado de por medio se generó una fuerte discusión. En ese momento, el entrenador, que se encontraba hablando con su hija, sufrió la presencia de estos inadaptados que volvieron a increparlo por los últimos malos resultados (tres derrotas y un empate), lo que provocó la inmediata reacción de Chumba, aunque no pasó a mayores.


El lunes el plantel tuvo descanso y ayer debía volver a los entrenamientos. Mientras se desarrollaba la práctica, a Chumba lo llamaron por teléfono con una nueva amenaza categórica: "Hijo de puta, váyanse porque si no, te voy a pegar un tiro a vos y a tu familia", le avisaron, lo que generó la inmediata suspensión de la práctica.

 La llamada duró poco más de un minuto. Frente a lo sucedido, el cuerpo técnico dejó en manos del club una posible denuncia formal ante la policía.