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Una mujer de 32 años degolló a su hijo de dos años e hirió a otros tres de 5, 10 y 14 años, en su casa de la localidad bonaerense de Ituzaingó. Cuando fue detenida, la filicida -que sería enferma psiquiátrica- gritaba que fue "el demonio".

El hecho fue descubierto en la tarde del miércoles, en una vivienda situada en Martín Rodríguez y Juan de Ayolas, en la mencionada localidad del oeste del conurbano, luego de que la abuela de los chicos se comunicara con una vecina y le pidiera que fuera hasta la casa, porque creía que algo había sucedido.

"La abuela, que vive en Claypole, me llama alrededor del mediodía y me dice que vaya a ver a la casa, porque uno de los chicos estaba muerto. Yo no me animaba a entrar, porque no sabía si ella estaba lúcida ni si me iba a atacar", relató una vecina llamada Cecilia.

La mujer contó que se acercó a la casa y vio que el portón estaba abierto, pero como nadie la atendió, llamó al servicio de emergencias 911. Cuando los efectivos llegaron, le pidieron a la misma mujer que ingresara con ellos a la propiedad como testigo.

La vecina dijo que al entrar a la casa vio a uno de los nenes, el de 10 años, con un corte en el cuello y a otro, el de 5, que estaba bien.

"Ella estaba en la otra habitación con el nene más grande (de 14 años) y el más chiquito (de 2) estaba degollado y ella lo tenía en brazos. Estaba fría la criatura, así que (el crimen) habrá sido por la mañana o por la noche", sostuvo Cecilia.

Dijo que cuando los efectivos entraron, la mujer, a la que se identificó como Flavia Pace, "no atinó a nada, estaba con el nene en brazos y mirando al techo, pero en estado de shock". El bebé asesinado fue identificado como Cristian Joaquín Villadra.

La testigo dijo que, de acuerdo a lo que vio en la casa, la mujer podría haber drogado a los chicos y haberlos apuñalado cuando ya estaban dormidos, porque estaban como "idos".

"Le preguntaba al nene que estaba apuñalado y no sabía cómo responderme, lo único que me decía es que estaba mareado y le dolía el cuello", relató la mujer, que agregó que le llamó la atención que a ese chico alguien lo había vendado sobre la herida, que era bastante grande.

Según la vecina, llamó al padre de los dos niños más pequeños para contarle lo sucedido, pero el hombre justo arribó a la casa cuando los trasladaban al hospital. De acuerdo con Cecilia, la acusada estaba siempre "lúcida", trabajaba en la municipalidad local y "habitualmente le pegaba a las criaturas", porque se escuchaban gritos.

Sin embargo, aclaró que últimamente no tenía mucha relación con ella, porque tuvieron una discusión cuando Flavia echó de su casa a su último marido y padre de los dos nenes más pequeños.

Una fuente de la investigación informó que este hombre había estado el martes en la vivienda familiar y acusó a la mujer de "drogar" a los niños, porque los vio desalineados.

"Me mandé una cag..."

Luego, llamó a la policía, pero como fueron a la casa y no notaron nada raro, los efectivos se fueron. Según la fuente, la mujer, que practicaba la religión umbanda, y su ex marido siguieron con las discusiones por teléfono unas horas más hasta que el miércoles a la mañana ella llamó a un amigo y le confesó: "Me mandé una cagada".

Aparentemente, este hombre fue quien dio aviso a la madre de Flavia, que a su vez llamó a la vecina.

La causa quedó a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) especializada en Violencia de Género 10, del departamento judicial Morón, encabezada por la fiscal Paula Hondeville, quien ordenó que peritos psiquiátricos evalúen a la mujer para establecer si está ubicada en tiempo y espacio y si puede o no ser indagada.