Mientras la reunificada Confederación General del Trabajo (CGT) se pierde en dilaciones,se lleva a cabo la jornada nacional de lucha impulsada por las dos ramas de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) que conducen los dirigentes Pablo Micheli y Hugo Yasky.

De la medida participarán también organizaciones gremiales, sociales, culturales, políticas, científicas, cooperativas y estudiantiles. Ambas centrales sindicales se movilizarán a Plaza de Mayo bajo la consigna "Ni hambre ni despidos", donde cerrarán la marcha con un acto. También repudiarán eventuales recortes al área de ciencia y tecnología.

El último miércoles, ambos dirigentes brindaron una conferencia de prensa en la sede de la CTA de los Argentinos. El primero en hablar fue Micheli, quien señaló que "no estamos de acuerdo con esta modalidad de diálogo sesgado que lleva adelante el gobierno nacional, y que más que diálogo es una imposición de las políticas económicas que le convienen al gobierno, es decir pagar una cifra casi en negro, no remunerativa por única vez y que no significa recuperar el salario de los trabajadores".

Puntualizó luego que "los sectores más vulnerables ya no son solo aquellos que no tienen trabajo o es precario, ya que ha pasado a ser vulnerable también el sector de los trabajadores formales".

A su vez, Yasky planteó que "volvemos a ratificar que un bono de 2.000 pesos no cierra la brecha salarial" y aseguró que "un compromiso mínimo que tenía que haber asumido el gobierno nacional hubiese sido firmar un acta en el cual se comprometía a que no iba a haber un sólo despido de ningún estatal en ninguna parte del país, cuando en diciembre venzan los contratos y eso era lo mínimo".

"Habían vetado la ley antidespidos, lo mínimo que se les podía exigir como una prueba y una señal también para el sector privado y no lo hicieron. De manera que nosotros estamos en pie y de guardia ante posibilidad que haya despidos en el Estado", agregó.