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Por Nicolás Yannello
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Italia volvió a temblar. Aún afectada por el trágico terremoto ocurrido el 24 de agosto en Amatrice que dejó casi 300 muertos, y cinco días después de dos fuertes sismos, un nuevo movimiento telúrico tuvo como epicentro el Parque Nacional de los Montes Sibilinos, una zona montañosa entre las regiones de Umbria y Las Marcas y a unos 120 kilómetros al noreste de Roma, informó el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología italiano.

El terremoto de 6,5 grados en la escala de Ritcher, el más potente desde 1980, pudo sentirse prácticamente en todo el país, desde la región sureña de Apulia hasta la septentrional de Trentino-Alto Adigio, en la frontera con Austria, se registró este domingo a las 7.40 locales, 3.40 de la Argentina.

Crónica se comunicó con una argentina que vive en Belforte del Chienti, en la provincia de Macerata, uno de los pueblos afectados por el nuevo temblor, y comentó que “muchas casas en mi barrio se vinieron abajo, la situación es muy grave”.

María Fernanda Rodríguez, de 40 años, continuó con su relato: “Con mi familia dejamos nuestro hogar y estuvimos durmiendo en el auto desde el miércoles que ocurrieron los otros dos sismos. Por ahora nuestra casa está en pie, pero por las dudas agarramos la mayor parte de nuestras pertenencias y las trasladamos a una casa rodante que tenemos para irnos a un camping, acá a unos 40 kilómetros en Porto SantElpidio. Queremos estar lejos de la montañas, por lo menos hasta que pasen los temblores”.

“Desde el terremoto en Amatrice, hace dos meses que el suelo no para de moverse y la gente vive con miedo en estas ciudades. Hay pueblos que ya no existen más y lo triste es que no se pueden empezar a reconstruir porque las réplicas son constantes”, manifestó apesadumbrada.

En Roma, el potente sismo se sintió de un modo mucho más claro que los registrados el pasado miércoles y tuvo una duración mayor, de aproximadamente unos veinte segundos.

La localidad de Norcia, situada en la región de Umbría, fue una de las más afectadas, ya que allí sus principales iglesias sufrieron derrumbes. Sólo queda en pie una parte de la basílica de San Benito, construida en el siglo XIV y dedicada al fundador de los benedictinos San Benito de Nurcia, según detalló la agencia de noticias DPA.