Por María Helena Ripetta
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Ojos que no ven, corazón que no siente, ojos que ven, el delito se resiente. En las calles hay ojos que no se ven, pero que observan y graban; ojos puestos por los municipios y otros por los mismos vecinos o comerciantes. Son las cámaras de seguridad que han convertido a las calles, los barrios, las ciudades en una especie de "Gran Hermano".

Es difícil que los delincuentes puedan escaparse de ellas, cada vez son más. Si no logran registrar el momento del hecho, pueden reconstruir la fugas o las llegadas, para identificar los autos por ejemplo.

"Hoy, la primera pregunta, cuando se llega al lugar del hecho, es si hay cámaras de seguridad en la zona. Antes dependíamos sólo de los testigos. Suman una gran visión y son muy importantes para las investigaciones", dice a "Crónica" un veterano policía.

Desde delitos contra la propiedad, a crímenes, a desapariciones son esclarecidos con la ayuda de la cámaras de seguridad. "Es una herramienta más para las investigaciones, una, sin duda, muy importante, que en muchos casos requiere de mucha observación porque las imágenes no siempre permiten armar el rompecabezas completo", agrega el investigador policial, pero resalta que tampoco se debe depender sólo de ellas.

Un caso emblemático de la importancia de las cámaras, aún cuando no se tenía registrado el momento del crimen, es el asesinato de la estudiante chilena Nicole Sessarego Bórquez en Almagro, donde los investigadores pudieron reconstruir cómo un joven la seguía desde el centro, pero no se sabía quién era, y a pedido de la Justicia se difundieron las imágenes. Lucas Azcona fue reconocido por su padre, quien lo entregó a la Justicia.

En el caso de Ángeles Rawson, gracias a la imagen de un edificio lindero se pudo confirmar que ella había regresado a su casa. En cuanto a la sospecha que había sobre su padrastro, una de las pruebas para ponerlo fuera de la investigación es que las cámaras de seguridad de un banco confirmaron que, a la hora del crimen, él estaba ahí haciendo un trámite.

Otras veces sirven para evitar los delitos en el caso de las que están siendo moritoreadas y se alerta a los patrulleros para que intervengan. Pero, fundamentalmente, coloraban con el esclarecimiento de los hechos. Y pueden ser usadas como pruebas en la Justicia.

"El principio en nuestro derecho es el de libertad probatoria. Una filmación donde se puede pericialmente individualizar al autor y que no esté editada, es decir, cortada y luego unida, es una prueba importante que con el resto del conjunto probatorio puede sostener un requerimiento de elevación a juicio e, incluso, una condena en juicio oral", sostiene a "Crónica" el abogado penalista Marcelo Biondi. Así las cámaras de seguridad se han convertido en aliadas de los investigadores.