Por Florencia Golender
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La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, fue el ancho de espadas de Mauricio Macri en 2015 y lo sigue siendo de cara a las legislativas de 2017. Mientras el peronismo parece cada vez más lejos de un acuerdo electoral, el PRO empezó a medir cuáles son sus mejores cartas para mejorar su posición en el Congreso Nacional y en la Legislatura bonaerense.

En los próximos meses, los aspirantes caminarán al lado de Vidal con el fin de levantar su imagen y llegar a fin de este año, momento de las mediciones determinantes para el armado de listas, con alto perfil. Hay varios nombres que podrían completar "la mano" del PRO, que esta vez tendrá enfrente al justicialismo más ramificado de los últimos diez años.

Mesa provincial
La gobernadora lanzó esta semana la mesa bonaerense de Cambiemos. La conformaron 16 de los 20 intendentes del PRO: representantes de Lanús, Tres de Febrero, Pilar, Campana, Morón, Pergamino, Baradero, Lobos, Quilmes, Junín, Pinamar, Dolores, Bahía Blanca, Olavarría y La Plata, además de Vicente López.

La acompañaron otras figuras fuertes a nivel nacional que también están siendo testeadas, como Rogelio Frigerio (Interior), Esteban Bullrich (Educación) y Jorge Triaca (Trabajo).

Interna PRO
El ausente sin invitación a la mesa bonaerense fue el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó, uno que no suele coincidir con los lineamientos de Vidal.

Tanto es así que la gobernadora pareció dejarle en claro el otro día que no lo cuenta como partícipe de la construcción política oficialista de cara al año próximo. Sólo invitó a algunos cercanos al titular de la Cámara Baja, como Sebastián García de Luca, número dos de Frigerio en el Ministerio del Interior, o la diputada nacional Silvia Lospennato.

Armado base
El ex hombre de Sergio Massa, actual ministro de la Producción bonaerense, Joaquín de la Torre, es el elegido de Vidal para ampliar su base política. Buscará tender puentes que lleguen hasta la "pata peronista" dentro de Cambiemos. Para tal objetivo, desde las filas de Monzó, consideran inalcanzable su ayuda.

En tanto, junto a la interna del PRO y las aspiraciones de los radicales, aparece una carta fuerte de Cambiemos para 2017. Recientemente aseguró que se "jubila a fin de año", pero Lilita Carrió es la que mejor mide y la única que podría hacerle frente a Margarita Stolbizer, que pica en punta y hoy está aliada al massismo.

Nuevo perfil
La situación que atraviesa su máximo adversario le permite al PRO darse el lujo de probar con nuevas estrategias. Los amarillos saben que hoy no tienen una necesidad de generar visibilidad y ya se plantean dejar "atrás la etapa de los famosos" con el fin de fortalecer la imagen del partido, dándole un perfil más político.

La línea viene desde Casa Rosada, donde reconocen que esa herramienta funcionó muy bien para darle pelea electoral al kirchnerismo, pero ya no necesaria. Además, puede ser contraproducente. Cuando Fernando Niembro fue denunciado en plena campaña por los contratos millonarios que recibió su productora por parte del gobierno porteño, casi le cuesta la elección a Mauricio Macri.

Lo contrario ocurre con los que convirtieron su popularidad mediática en votos, como el cocinero Martiniano Molina (Quilmes), el periodista Diego Valenzuela (Tres de Febrero), y el ex árbitro Héctor Baldassi, quien debe renovar su banca en Diputados.