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23 de agosto de 2024

“Sarcófagos” de dinero: así son las mega bóvedas de los bancos con millones de billetes viejos que el BCRA no recibe

Muchos están deteriorados y otros están en buen estado pero no. Las entidades deben construir lugares con seguridad reforzada porque los billetes no entran en sus bóvedas

>La creciente acumulación de billetes de 100 pesos, desgastados, en desuso y en malas condiciones, ha obligado a los bancos argentinos a tomar medidas extremas para su almacenamiento. Se acumulan de a cientos de miles y prácticamente no tienen ninguna utilidad. Por el contrario, generan un gasto adicional para las entidades financieras, que tienen que buscar lugares especiales para tener los billetes juntando polvo.

Sin espacio en sus bóvedas, los bancos se han visto obligados a crear depósitos adicionales y reforzados para guardarlos. ¿Por qué no los sacan a circulación? por el simple hecho de que han perdido demasiado valor desde su primera emisión (apenas representan diez centavos de dólar) y su uso diario va en retroceso. Además, hay más de 1.400 millones de billetes de $100 en circulación y son completamente inapropiados para llenar los cajeros automáticos.

En un banco de primera línea comenzaron a apodar a estos depósitos de manera irónica como los “sarcófagos”, debido a que no tienen ninguna expectativa de que los billetes se vayan a utilizar jamás. “Decidimos acondicionar distintos depósitos con todas las medidas de seguridad y monitoreo que exige el Central, los llenamos de pallets con billetes de 100 y 1.000 pesos y los cerramos,”, explicaron. Ya tienen más de 10 de estos tesoros y se ven obligados a “abrir uno nuevo cada cuatro meses”, comentaron.

Según el Banco Central (BCRA), en Argentina circulan alrededor de 1.000 millones de billetes de 100 pesos. Gran parte de ellos se encuentran almacenados, sin propósito alguno. De hecho, muchos fueron liberados durante la pandemia para cubrir pagos urgentes, como el IFE, y desde entonces los bancos han intentado devolverlos sin éxito, quedando atrapados con esos montos.

El proceso de compensación acordado con el BCRA permite a los bancos declarar estos billetes como parte de sus reservas, obteniendo créditos en sus cuentas a cambio. Sin embargo, las ganancias que generan no cubren los gastos de transporte y seguridad, costos que eventualmente repercutirán en los clientes. Además, su bajo valor de los billetes hace inviable su uso en cajeros automáticos, por lo que su destino final sigue siendo el almacenamiento.

Claro que no todos los bancos enfrentan el problema de la misma manera. Las entidades públicas, encargadas de gestionar pagos sociales, tienen más capacidad para utilizar estos billetes, mientras que los bancos que actúan como recaudadores lidian con el problema de buscar espacios para construir más “sarcófagos”.

En paralelo, los bancos buscan soluciones tecnológicas que permitan reducir el uso de efectivo y aumentar las transacciones digitales, pero hasta que estas opciones estén más extendidas, los “sarcófagos” seguirán multiplicándose. Mientras tanto, los bancos continúan debatiendo cómo gestionar un problema que, aunque invisible para el público, se vuelve cada día más complicado.

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