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9 de febrero de 2018

Otro caso de presunta mala praxis

El Sanatorio de la Trinidad en el ojo de la tormenta luego de la dudosa muerte de Débora Pérez Volpin. 

Por Gabriel Arías 
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Un trágico episodio que tuvo como víctima a una mujer de 73 años también involucra al Sanatorio de la Trinidad. Gabriela Benchimol, hija de Sara Jadzinsky, decidió exponer su calvario ante Crónica:Tras terminar un tratamiento en 1999 contra el Linfoma No Hodking en el Instituto Alexander por medio de quimioterapia y quedar con un problema respiratorio, la derivan al doctor Roberto García Eleisequi, en la Trinidad, para que controlen esto. Lo hizo y la sacó adelante, por eso, ella lo tomó como su médico de cabecera. Como existía el temor de que tuviera algo oncológico, mi mamá se hacía mensualmente sus análisis de sangre, electrocardiogramas, era una persona cuidadosa”.

La mujer agregó indignada que “nunca estuvo medicada para el corazón, sólo había una leve hipertensión la cual estaba recetada con Losertan en su dosis más baja, por lo que ella se hacía todo tipo de controles. Esos estudios que se hacía mi mamá se los llevaba a García Eleisequi y él le decía que todo estaba bien, nunca la medicó”.

Todo parecía ir bien hasta que a finales de agosto de 2016, se complicó: “Ingresó a la guardia por un problema en el pie, la atiende este médico y le dice que hay retención de líquido y que la dejará internada para pasarle diuréticos. Después me dijeron que le tenían que llevar a peso negativo, que es sacarle todo el agua del cuerpo lo cual es sumamente peligroso, pero se hizo. A los tres días, ella me dijo que se sentía mal, se puso violeta y tras sacarme de la habitación, la rehabilitaron pero ella no se acordaba de lo sucedido”.

Gabriela comenzó a enojarse con los profesionales, ya que “cinco días antes de operar a mi mamá, el médico me dice que ella tiene una fracción de eyección a un 25 por ciento, es decir que la sangre pasa lentamente por todo el cuerpo, a lo cual pregunté si después de atenderla 17 años y llevarle los estudios desde 1999, el corazón podía bajar del 100 por ciento al 25 en cuatro días, y nunca le dieron una medicación para esto. No supo qué contestarme, me tomaron el pelo”.

La mujer agregó que “el 4 de noviembre mi mamá falleció y nunca me dieron una explicación de que fue lo que realmente pasó. Cómo puede ser que en estos 17 años, a mi mamá nunca le dieron nada y en el medio de la segunda internación aparecieron medicaciones psiquiátricas y vencidas, antidepresivos, algo que jamás tomó mi mamá. Se hizo secuestro de historia clínica; no sólo de la internación y del momento que falleció, sino del momento que ella empieza a ser atendida en la Trinidad por consultorios, o sea, que figura todo desde hace 17 años”, lamentó. 

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