P ocas horas antes del comienzo de 2018, se difundió públicamente una encuesta que reveló que el 70 por ciento de la gente tiene una opinión negativa del panorama económico nacional.

De hecho, sólo un 25 por ciento de los ciudadanos cree que vendrán inversiones, más de la mitad asegura que la inflación va a empeorar y que también será negativa la evolución de los salarios, el desempleo y la inseguridad.

Se trata de un informe del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que destaca como conclusión general que siete de diez argentinos considera que "ve mal" el panorama de la economía del país. "Hay un 70,6% que ve mal la economía del país y un 57,4% que ve en forma pesimista la situación en su hogar", señaló el consultor Roberto Bacman, titular del CEOP.

Esta encuesta se realizó durante la última semana del año pasado, casi en simultáneo con el anuncio formulado por altos funcionarios del gobierno nacional en el sentido de aplicar una "recalibración" del programa financiero para el año próximo.

Fue en una conferencia de prensa que ofrecieron el último jueves el jefe de gabinete, Marcos Peña, los ministros de Hacienda y de Finanzas, Nicolás Dujovne y Luis Caputo, respectivamente, y el presidente del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegger.

En ese encuentro con el periodismo, el llamado "equipo económico" planeó nuevas metas inflacionarias proyectando para 2018 con un alza de precios del 15 por ciento, para llegar al objetivo final del 5 por ciento recién en 2020 y no en 2019, como estaba previsto en las metas originales planteadas al inicio de la gestión.

La inflación de 2017 se ubicará en aproximadamente el 25%, lejos de la meta de 2017 que el Banco Central había fijado en 17%.

Para peor

En ese contexto, el propio Bacman indicó que "el mal clima" con el gobierno nacional ya había registrado "un fuerte salto" después de que el Congreso Nacional aprobara el último 19 de diciembre la controvertida reforma de pensiones impulsada por el presidente

Mauricio Macri

Se presume que el anuncio de redefinir la meta inflacionaria pudo haber agregado cierta dosis de incertidumbre al futuro económico del país.