Por Fernando Costoya
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Las inundaciones no dan tregua. Ciudades como General Villegas o Junín, en la provincia de Buenos Aires, atraviesan desde hace meses una situación dramática. Según la Cruz Roja, en lo que va del año las inundaciones afectaron a unas 60.000 personas, en sus viviendas y en sus medios de subsistencia. Mientras un nuevo temporal anegó ayer la ciudad de Tandil y otros municipios bonaerenses, el gobierno de María Eugenia Vidal declaró la emergencia hídrica por 18 meses para los partidos del noroeste.

En este contexto, “Crónica” dialogó con un especialista para indagar las causas de las inundaciones y las perspectivas para los próximos meses. “Hay una confluencia de varias situaciones. La principal es que estamos conviviendo con un ciclo climático húmedo en el centro del país, con lluvias importantes, más intensas de lo normal”, aseguró Pablo Mércuri, director del Centro de Investigaciones de Recursos Naturales del INTA, en diálogo con este diario.

“A raíz de varios días con lluvias intensas, las napas están muy altas. Además, la zona del noroeste bonaerense es una cuenca cerrada, sin salidas claras al mar. El agua se acumuló y tardó en evacuarse”, añadió.

Este fenómeno tiene relación con el cambio climático. “El aumento de la frecuencia de los fenómenos climáticos extremos es una de las principales manifestaciones del cambio climático”, explicó, y como ejemplo recordó que “en abril pasado tuvimos lluvias extremas en 11 provincias en forma simultánea”.

¿Qué se puede hacer? “Lo primero es la necesidad de obras hídricas, adecuadas al ciclo climático, para paliar la situación. Tenemos que adaptarnos para recibir tanta agua”, postuló Mércuri, y si bien ponderó la realización de obras como la cuenca del río Salado, advirtió que hacen falta más.

Como problema multicausal, las inundaciones también requieren la colaboración del sector agropecuario. Así lo manifestó este ingeniero en Producción Agropecuaria, al afirmar que “se debe promover la rotación de cultivos”. Y amplió: “La sojización puede agravar la situación hídrica. Hay que incorporar pasturas y gramíneas en la rotación, ya que permiten una mejor filtración de agua”.

Mércuri, quien negó que la siembra directa genere inundaciones, remarcó la importancia “manejar el agua”. “Hay que hacer un manejo integral de las cuencas, saber si estamos en una parte alta o baja”, detalló.

“La situación en Buenos Aires podría haber sido más grave”, analizó, y consideró que “la recuperación va a llevar varios meses, hasta la primavera o verano, cuando se produce la evapotranspiración”. Mientras tanto, miles de argentinos esperan una solución.