Por Damián Juárez

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Los intendentes bonaerenses quieren hacer valer su peso. Reconocen la conducción de Cristina Fernández de Kirchner, pero no a La Cámpora. Se lo hicieron saber el otro día con un desplante en un acto al que fueron convocados sin mayores explicaciones.

Una cosa es aceptar a Cristina y otra a “los pibes”, como llaman los intendentes a los camporistas que rodean a la ex presidenta. Sin embargo, no hay riesgo de fugas masivas hacia el randazzismo.

Los intendentes peronistas, en su amplia mayoría, quieren dar una discusión de espacios de poder con los referentes a los que reconocen como “dueños” del partido en la provincia: Cristina, Daniel Scioli, Fernando Espinoza y, en menor medida, Martín Insaurralde.

Se dice que Cristina les pidió unidad y que los recibirá. Randazzo y sus allegados saben que hoy pierden, pero igual siguen repitiendo que darán la pelea dentro del partido, para intentar dar el batacazo en las internas.

Gobernadores

La pelea del peronismo de la provincia de Buenos Aires muestra indiferentes a los gobernadores peronistas, la otra pata fuerte de poder del partido a nivel nacional. Hace algunos días tuvieron una reunión importante en Buenos Aires que dejó un mensaje claro: son comicios legislativos e intentarán ganar en cada uno de sus distritos los legisladores que puedan.

No es momento para alineamientos partidarios con unos ni con otros. Si habrá renovación o continuidad, se resolverá después de las elecciones, parecieron decir los gobernadores.

Cambiemos

Desde el entorno de la coalición oficialista, miran esta situación del peronismo celebrando la división. Tienen dos jugadas muy marcadas para asegurar la elección 2017 en provincia. Una esta vinculada a la enorme cantidad de dinero volcada a la obra publica.

Esto, además de haber sido elegido como estrategia con intenciones de reactivar la economía en general, cubriría también deficiencias de gestión de algunos intendentes de Cambiemos que no han estado a la altura de lo que la gente esperaba de sus gestiones.

La otra pata de la estrategia es partir el peronismo. Así como se ha fomentado la interna Cristina vs. Randazzo, en los municipios gobernados por Cambiemos salen a armar listas y lanzar candidatos peronistas que atomicen el resultado de las elecciones.

En Pilar, por ejemplo, el intendente es Nicolás Ducoté, de Cambiemos, y el peronismo está representado por Zúccaro y Molina, que fueron derrotados en 2015 por Ducoté, y por Federico Achaval, quien lanzado a la competencia amenaza con ganar la interna contra Molina/Zúccaro y hacer que el peronismo vuelva a ser alternativa en ese distrito.

El propio gobierno tiene encuestas que dicen que hoy, si el peronismo se une, gana la provincia, Cambiemos sale segundo y Massa tercero. Pero confían en que la campaña todavía no arrancó y la gobernadora Vidal podrá remontar esto. Los nombres están asegurados con Esteban Bullrich en la nómina de Senadores y en Diputados con Graciela Ocaña, Carlos Melconian y Facundo Manes.