El vicepresidente del Senado de Pakistán sobrevivió el viernes a un atentado reivindicado por el Estado Islámico (EI) y cometido por un atacante suicida que detonó una bomba al paso de su convoy en la convulsa provincia sureña de Baluchistán, matando a 25 personas e hiriendo a decenas más, informaron autoridades.

El ataque se produjo cuando la caravana del senador Abdul Ghafoor Haideri salía de una madrasa, o escuela religiosa islámica, de Mastung, ciudad cercana a la conflictiva localidad de Quetta, capital de la provincia, dijeron fuentes policiales y funcionarios locales.

Haideri dijo más tarde a medios locales que había sufrido algunos cortes y contusiones pero que se encontraba "bien".

Grupos islamistas radicales han operado activamente en esta región en el pasado, aunque la mayoría de los ataques más recientes cerca de Mastung han tenido como blanco a la minoría musulmana chiita de Pakistán y han sido cometidos por el grupo extremista sunnita Lashkar-e-Jhangvi.

Sin embargo, el EI, que reivindicó el ataque de hoy a través de su agencia de noticias Amaq, perpetró un brutal atentado contra legisladores en Quetta el año pasado que dejó más de 70 muertos, así como un ataque a un santuario de la remota región de Kuzdar en el que fallecieron más de 60 personas.

El santuario es frecuentado tanto por musulmanes sunnitas como chiitas, aunque sobre todo por éstos últimos.

El partido político de Haideri, Jamiat-e-Ulema Islam, una fuerza que apoya las reivindicaciones del movimiento integrista talibán de Pakistán, tiene numerosos seminarios islámicos sunnitas en toda Baluchistán. 

El partido está dirigido por Fazlur Rehman, famoso por su postura anti Estados Unidos.

El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, condenó el atentado contra Haideri, informó la cadena CNN.

La policía dijo que 25 personas murieron y que más de 40 resultaron heridas en el atentado, y que fue obra de un atacante suicida.

Haideri envió un mensaje diciendo que se encontraba bien, de acuerdo con medios locales: "Estoy bien (y) entristecido por las muertes", señaló.

Pakistán es escenario habitual de ataques de grupos extremistas contra minorías religiosas o representantes del Estado, desde políticos a miembros del Poder Judicial.

El último de ellos se produjo a fines de abril cuando 10 miembros de la comunidad chiita murieron y 13 resultaron heridos en un atentado con bomba contra en el noroeste del país.

El gobierno paquistaní lanzó un nuevo operativo militar en todo el país contra la insurgencia, bautizada como operación "Eliminación de la discordia", tras una cadena de atentados que en febrero pasado causaron alrededor de 130 muertos.

La ofensiva es una continuación de la operación Zarb-e-Azb, que se puso en marcha en las zonas tribales en junio de 2014 y con la que el Ejército asegura haber abatido a 3.500 insurgentes, una cifra no comprobada independientemente.