29 de marzo de 2017
Comienza la era Tapia en el fútbol argentino
Desde las 16, en el predio de la AFA en Ezeiza, los asambleistas confirmarán al titular de Barracas Central como legítimo sucesor de Julio Grondona en el cargo máximo del fútbol doméstico. Reducirle la sanción a Messi, definir qué hacer con Bauza y ordenar las cuentas del fútbol local son los puntos salientes en la agenda del nuevo mandamás.
Dos años y ocho meses después de la muerte de Julio Humberto Grondona, la AFA tendrá nuevo presidente. Luego del breve mandato de Luis Segura (que incluyó el Mundial de Brasil 2014) y la etapa de transición con la Comisión Normalizadora que condujo Armando Pérez y que asumió luego del escandaloso 38 a 38, en el que Marcelo Tinelli y Segura pelearon por el sillón de Don Julio.
Esta tarde, en el predio que la Asociación del Fútbol Argentino posee en Ezeiza no se podrá repetir aquel escándalo inolvidable. Habrá lista única. El Ascenso Unido logró ponderar a su hombre: Claudio Fabián "Chiqui" Tapia, presidente de Barracas Central y ahora, de todo el fútbol argentino.
Tapia emergió como el candidato de la unión. Impulsado por un ascenso fortificado, que en el río revuelto, supo "pescar" más que nunca, el titular de Barracas Central dejaba conforme más o menos a todos los que tironearon muchísimo por el poder en AFA desde el 3 de diciembre de 2015: Marcelo Tinelli, Rodolfo Donofrio, Daniel Angelici y Hugo Moyano.
Los presidentes de Boca e Independiente serán vices 1ro y 2do, respectivamente, de la nueva conducción. El Cabezón se quedó con la Secretaría de las Selecciones Nacionales y, tal vez, la Súperliga. Donofrio, por su parte, irá unido a dónde esté Tinelli.
Dentro de una agenda cargadísima, Tapia deberá prestar especial atención a tres ítems de suma importancia: Reducir la sanción a Lionel Messi, definir si seguirá contando con Edgardo Bauza o si meterá un volantazo y poner orden económico en el fútbol doméstico, con el cuantioso dinero que ingresará de la sociedad estadounidense Fox-Turner.
Lo más urgente y caliente es ver si puede destrabar la sanción a Messi, si puede reducirla e incluso volverla a foja cero. Después, a 120 días del próximo compromiso de la Selección Argentina por Eliminatorias, deberá decidir si sigue confiando en el Patón o si estos 4 meses son aprovechados para un último y arriesgado cambio a mitad del río. En lo económico, la cosa es más compleja. Y quizás lleve más tiempo. También, siendo justos, seríamos muy malos si pretendemos que Tapia arregle, en unos pocos días, el lío descomunal de un Fútbol Argentino acéfalo hace tres años y monedas.