Un hombre de 32 años fue asesinado de cinco puñaladas en la puerta de un kiosco del barrio porteño de Caballito por un joven con problemas psiquiátricos que lo atacó aparentemente sin motivo y quedó detenido por el crimen.

Si bien trascendió, el caso ocurrió a las 5.50 de la madrugada del viernes pasado frente a un kiosco ubicado en la esquina de Pedro Goyena y José María Moreno.

La víctima, identificada por la policía como Lucas Nahuel Belli (32), vivía por la zona, había salido a pasear al perro y luego de ello llegó al kiosco para hacer una compra.

Según las fuentes, lo que contaron los testigos es que el agresor apareció en el kiosco con un cuchillo en la mano y, sin haber mediado palabra alguna, comenzó a apuñalar a Belli.

"Cinco puñaladas le dio y nos dijeron los médicos que la fatal fue la que recibió en el corazón", dijo a C5N Lucas, un amigo de Belli, que contó cómo fue el ataque. Según el amigo, el atacante, identificado como Gonzalo Coloma (20), "se le subió arriba y lo apuñaló".

Alertados por un llamado al 911, personal de la comisaría 12 de la Policía de la Ciudad llegó al lugar en pocos minutos y logró allí detener a Coloma, quien vive en la esquina del kiosco y, por lo que averiguaron los investigadores, tiene problemas psiquiátricos.

"El tipo tomaba medicación, tiene problemas mentales. Sé que está preso pero la familia es responsable, tendría que haber estado encerrado, en cualquier momento iba a matar a alguien y le tocó a Lucas", dijo el amigo de la víctima.

Belli fue trasladado de urgencia por una ambulancia del SAME al hospital Durand pero a las pocas horas, pasadas las 8 del viernes, los médicos informaron que había fallecido por la gravedad de las lesiones.

Coloma fue trasladado al Palacio de Tribunales porteño, donde quedó alojado en la alcaidía a disposición de la jueza en lo Criminal y Correccional 8, Yamile Susana Bernan, quien lo indagó el sábado pero el imputado se negó a declarar.

"No hubo pelea"

Eduardo, el padre de la víctima, contó al mismo canal que el ataque fue "a traición", que su hijo era "corpulento, tenía buen físico" por lo que infiere que "no tuvo posibilidad de defenderse".

El hombre dijo que "el asesino era del barrio, quizás Lucas lo conocía de vista, pero no eran amigos". Afirmó que "no se trató de un robo" y que por lo que sabe el asesino "sufre problemas psiquiátricos" y "tenía antecedentes" de otros ataques, por lo que no entiende cómo estaba libre.

Finalmente, Eduardo contó que su hijo vivía con él, que antes del hecho "sacó al perro a dar unas vueltas", luego entró a la mascota a la casa y allí fue "solo" al kiosco "a comprar algo".