Un episodio violento, uno más en la relación amorosa, que tuvo lugar en las últimas horas y del cual tampoco quedó exento un hijo de la mujer, de tan sólo 3 años, que también fue gollpeado por su padrastro, que permanece en libertad.

En tanto, producto de las agresiones recibidas, la víctima dijo basta e incluso suspendió el casamiento pactado con su golpeador, en la jornada del último viernes.

En la madrugada del domingo 5 de marzo, a alrededor de las 5, Nahir Yamilia se hizo presente en la casa de su prima, con su hijo, de 3 años, en brazos. Ambos reflejaban marcas de golpes, principalmente en sus cabezas, y también angustia y desesperación.

Por lo tanto, la anfitriona le consultó sobre los motivos de su preocupación y Nahir le reveló, por primera vez, que su pareja, identificada como Leonardo Montenegro, le propinó una paliza con golpes de puño e incluso empleando un palo.

En esta ocasión, la joven, de 20 años, no soportó más el infierno que padecía en manos de quien conoció hace seis meses, y decidió retirarse del inmueble, en el que residía desde aquel entonces.

Bajo la protección de sus seres queridos, la víctima les detalló las sucesivas manifestaciones violentas de su ahora ex concubino, de 33 años, quien además de los golpes, la mantenía encerrada en la casa, alejándola de familiares y amigos como asimismo le destruyó cuatro teléfonos celulares, en ese afán de aislarla de su entorno.

Los celos, por demás infundados, impulsaban a Montenegro a no dejar en paz a Nahir, con quien tenía programado casarse en la noche del viernes. Al respecto, Romina, tía de la chica atacada, señaló a "Crónica" que "hasta la obligaba a contraer matrimonio porque así él podría tener la guarda de sus dos hijos".

Sin embargo, la mujer logró reaccionar y escapó del individuo, que había sido liberado de prisión hace un año, luego de cumplir una condena por formar parte de una banda de piratas del asfalto.

Lejos de invadirlo un temor de retornar a prisión, en esta ocasión, por violencia de género, el acusado en los tribunales de San Martín, no se detiene y sigue el acecho hacia Nahir, quien ante semejante situación implora que "no la dejemos sola porque tiene miedo que la mate".