Ayer, cerca de las cuatro de la tarde, Carlos Bianchi llegó al Complejo Pedro Pompilio para dirigir el entrenamiento con vistas al partido con Vélez. Había tenido una reunión a la mañana con Daniel Angelici en la que el presidente le manifestó que la situación era insostenible.

El "Virrey" convenció al "Tano" de seguir hasta el partido del domingo pero pasado el mediodía la comisión directiva presionó al presidente para que le ponga punto final al tercer ciclo de Bianchi. Cuando el técnico estaba en Casa Amarilla, recibió el llamado de Angelici para anunciarle que había sido despedido.

"Sigo confiando en ustedes, tienen todo el potencial para salir adelante y yo voy a gritar los goles por televisión. Muchas gracias a todos", les dijo a sus jugadores cuando los reunió para despedirse después de un año y medio de trabajo.

Bianchi tenía claro que estaba tambaleando en su cargo pero había acordado con el presidente que iba a seguir hasta el encuentro con el "Fortín". Sus jugadores sólo escucharon el último mensaje y lo despidieron.

El técnico más ganador de la historia de Boca salió por el estacionamiento de Casa Amarilla, se subió a su auto, saludó a algunos empleados, y se despidió de un puñado de hinchas que se agolparon contra el portón para darle el último adiós.

"Siempre les voy a estar agradecidos a ustedes, los hinchas", soltó antes de subirse a su auto y emprender el viaje hasta su casa para cenar con su familia. Su estadía en Boca se había terminado minutos antes del atardecer. La comisión directiva no lo quería más al frente del equipo.