En su primera reacción oficial al paro nacional, el Gobierno salió a relativizar la adhesión que la medida de fuerza tuvo en todo el país. En su conferencia de prensa de cada mañana, Jorge Capitanich aseguró que apenas uno de cada cuatro trabajadores sindicalizados participa de la protesta.

"Hoy el 75% de los trabajadores manifestaron su voluntad de trabajar no adhiriendo al paro propuesto por un grupo de sindicatos de dirigentes opositores", sostuvo el jefe de Gabinete, minutos después de las 8 de la mañana. A esa hora, la mayoría de los colectivos circulaban con normalidad, los trenes estaban completamente parados y los subtes funcionaban con intermitencia. Con ayuda de los numerosos cortes de tránsito, en todas partes se notaba un menor caudal de gente que en un día común de la semana.

Cuando se le consultó cómo el Gobierno consiguió una estimación tan temprano, Capitanich explicó que en realidad la cuenta fue hecha según "el número de sindicatos que adhirió (a la huelga) y el número de afiliados que tiene". A modo de ejemplo, recordó que no paran "el gremio de Comercio, con un millón de afiliados; la Uocra, con 440.000; la UOM, con cerca de 300.000 y UPCN, que tiene casi 300.000". "También Sanidad, municipales, UTA, Foetra, Smata, Sadop, obreros textiles y Luz y Fuerza", enumeró.

De todas formas, el jefe de Gabinete reconoció que el impacto de la protesta puede ser mayor porque hay "distintos mecanismos por parte de grupos minúsculos que impiden el tránsito de vehículos". "No hay una justificación de una medida de fuerza de esta naturaleza. Es del arco opositor", alegó.