Los consumidores de cocaína están expuestos a contraer una enfermedad que "pudre" la carne, a raíz de una sustancia utilizada por los narcotraficantes para "cortar" la droga. Se trata del levamisol, un desparasitante de animales cuya presencia en la cocaína que circula en Argentina fue detectada por la Policía Federal, y que puede causar agranulocitosis en los adictos.

Utilizado como desparasitante en perros y gatos, así como en el ganado bovino, el levamisol se emplea para cortar la cocaína por el efecto que la dopamina tiene en el cerebro, que intensifica el efecto inmediato de la dosis. Pero no sólo eso, además le otorga un brillo adicional a la sustancia, lo que ayuda a mejorar notablemente su aspecto. Pero las consecuencias pueden ser mortales.

Conocida también como "neutropenia", se trata de una patología de origen principalmente farmacológico, provocada por el consumo de drogas. La agranulocitosis provoca fiebre alta, pero su síntoma más impactante es la necrosis: aberrantes lesiones cutáneas en la nariz, las orejas y las mejillas de los enfermos, que dan un aspecto de putrefacción.

La enfermedad incluso puede ser mortal, aunque puede mejorar si se abandona la ingesta de la droga que la produce.

En octubre pasado las doctoras María Elisa Maciel y Karen Duranona, especialistas del Hospital J.R. Vidal de la ciudad capital de Corrientes, publicaron un estudio clínico en la revista de la Sociedad Argentina de Hematología titulado "Agranulocitosis adquirida: planteos diagnósticos".

Allí definen la patología como "un síndrome clínico-hematológico asociado a manifestaciones infecciosas severas", con una baja de las defensas a causa del descenso de los neutrófilos, el principal tipo de glóbulos blancos en la sangre.

Según datos del Laboratorio Químico de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal difundidos por Infobae, el desparasitante fue hallado en cien de ocho mil muestras de cocaína analizadas en 2016, es decir, el 1,25 por ciento. Por lo tanto, su número es significativamente bajo, y que se puede explicar como un problema de ruta y proveniencia.

Para la Policía Federal, la presencia del levamisol se origina en Colombia, cuyos destinos principales son Estados Unidos y Europa, por lo que el mercado argentino queda casi fuera del radar. Pero el problema acecha en la región.

En Uruguay el levamisol estuvo presente en seis de cada diez muestras incautadas, de acuerdo con un estudio del Instituto Técnico Forense, con tres casos graves de necrosis en orejas y cara tratados por el Departamento de Toxicología de la Facultad de Medicina en Montevideo.