Empresarios petroleros y estacioneros reclamaron ayer al gobierno para que aplique el último tramo del aumento del precio de los combustibles previsto a principios de año. Argumentaron que el congelamiento de precios firmado por el Ejecutivo finalizó el 31 de octubre y propusieron un incremento del 7%.

En las próximas horas, el presidente Mauricio Macri definiría si hace lugar al reclamo de los empresarios o sigue el consejo de su gabinete económico y posterga la sube de la nafta. Está prevista para hoy una reunión entre funcionarios y representantes de las petroleras.

"Productoras y petroleras han solicitado el incremento al gobierno", aseguró el vicepresidente de la Confederación del Comercio de los Hidrocarburos de la República Argentina (Cecha), Walter Costa, y subrayó que esa suba está dentro de un plan diseñado a principio de año por el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren.

El empresario dijo que fue el funcionario quien puso sobre la mesa de discusión entre el gobierno y las petroleras el programa de recomposición de tarifas y precios, por el cual ahora faltaría un último tramo de incremento.

Asimismo, indicó que la caída en la venta de naftas se ubico entre 2 y 5 por ciento en las provincias, mientras que el gasoil prácticamente ha desaparecido ya que "hay una distribución por otros canales en los que las empresas petroleras venden a mejor precio y directamente al consumidor final".

De cada 20 pesos que cuesta un litro de nafta, el estacionero se queda con entre un 8% y 10% de rentabilidad y el "gran ganador" es el Estado nacional, porque los combustibles tienen un piso del 60% de impuestos, se quejó Costa.

"Los productores se quejan por el valor del crudo, por los costos argentinos, por el precio del dólar porque los insumos son importados. Entiendo que el ministro (Aranguren) que viene del sector le va a tener que encontrar una salida", añadió.

Por su parte, el secretario de la Cámara de Expendedores de Combustibles, Raúl Castellanos, consideró que el precio de las naftas debería incrementarse "n un 7%, ya que los valores actuales están postergados y afectan la rentabilidad de las estaciones de servicio.

Según el dirigente, sostuvo que, "en lo que va del año, la nafta aumentó un 31%. Durante 2015 no hubo el ajuste necesario y eso generó un retraso en los precios, que llevó a las petroleras a reclamar una recuperación de los valores", agregó.

"A raíz de eso, este año se alcanzó un acuerdo para lograr incrementos escalonados. Y desde hace varios meses se posterga un aumento del 7 u 8%", puntualizó Castellanos.

En declaraciones a radio El Mundo, el empresario comentó además que los márgenes de ganancias de los expendedores "prácticamente no varían con el tiempo, pero lo que sí modifica son los costos. El costo laboral, por ejemplo, ha venido creciendo de forma importante".

"Por eso, las estaciones de servicio son un negocio muy delicado y caminan siempre al borde del precipicio", concluyó.

Si finalmente se concreta el aumento, el litro de nafta súper pasará a costar $18,5 en la ciudad de Buenos Aires, mientras que la premium rondará los $20. A su vez, en su versión común el gasoil se ubicará en los $16,78 por litro, mientras que el premium rondará los $19,20.