Masacrado. Un comerciante de nacionalidad china fue asesinado cuando estaba abriendo su negocio, luego de que un delincuente lo golpeara con su arma en la cabeza, y por el crimen detuvieron a una empleada suya que actuó como entregadora.


El hecho ocurrió en la Avenida 1 entre 69 y 70, en la ciudad de La Plata, donde funciona una casa de comidas exprés y, lindero al local, la vivienda de sus encargados. El dueño fue identificado como Zhew Huo Yang (35) y su mujer Wu Sin Hong (30), quienes estaban junto a los padres de ella, Wu Zu Yuan (52 años) y Yoy Hua Zhow (50), y el hijo de dos años de la pareja.

El comerciante murió tras un golpe que le fracturó el cráneo, y el responsable fue un delincuente que, sospechan, actuó con la complicidad de una joven empleada de las víctimas, llamada Alicia Ramírez Maldonado (paraguaya de 24 años), que fue aprehendida poco después del hecho.

El autor material del crimen era buscado al cierre de esta edición y fue calificado como "sumamente agresivo", debido a que rompió el arma al pegarle al comerciante. Los investigadores sospechan de la complicidad de la empleada ya que, alrededor de las 7 de la mañana de ayer, cuando el grupo familiar se preparaba para abrir su comercio, sorprendió la llegada de Ramírez Maldonado que, por lo que contaron, "debía entrar una hora más tarde".

Ante los primeros policías que llegaron al lugar, ella contó que le abrieron la puerta y al menos tres delincuentes irrumpieron en el lugar y golpearon a los dueños, para llevarse su teléfono celular y 30.000 pesos de los patrones.

Mientras la joven hacía estas declaraciones, las víctimas eran asistidas en el Hospital San Martín, donde habían sido trasladadas por las lesiones que sufrieron en el ataque.

Los médicos intentaron estabilizar a Yang y lo operaron, pero finalmente murió como consecuencia de las lesiones sufridas.


Hasta ató al nene


Sin embargo, el resto de los familiares, una vez que estuvo en condiciones de hablar (una de ellas habla muy bien el español y las otras dos necesitaron un intérprete) contó que Ramírez Maldonado "le franqueó el acceso al sujeto que cometió el robo y hasta sostuvo la puerta de una de las habitaciones para que las víctimas no salieran hacia el salón comedor para pedir auxilio".

En el mismo policlínico dijeron que había ingresado un solo hombre, que describieron como "joven, delgado y alto, vestido con una campera de nailon negra, un pantalón y una gorra del mismo color", aunque lo más interesante que revelaron fue que la empleada "había participado activamente del hecho", aseguró un jefe policial. Incluso habría sido la encargada de "atar al nene y mantenerlo debajo de una cama", comentó una empleada del local.

El fiscal Marcelo Martini dispuso la aprehensión de la joven "por razones de urgencia" y por el delito de "homicidio en ocasión de robo". Dentro de la vivienda quedó abandonada el arma utilizada en el hecho, un revólver muy antiguo del calibre 8 milímetros, sin marca visible y con tres cartuchos.

Mientras la policía entrevistaba a potenciales testigos, buscaban cámaras que pudieran captar la fuga del homicida, aunque no eran muy optimistas: "La mayoría de las de monitoreo no funcionan, hay una privada que no filma y otra a la que todavía no tuvimos acceso", informó un investigador.