Cinco personas fueron condenadas a prisión perpetua por el crimen de la docente Leda Fabiana Raimundi, ocurrido en Santiago del Estero en junio del 2012 durante un rito satánico.

Mario Rojas, Luis Ledesma, la “Mae” Lucrecia Ledesma, Gabriel Brandán y Guillermo Pereyra fueron condenados como coautores del delito de “homicidio triplemente calificado por alevosía y ensañamiento, y concurso premeditado de dos o más personas”.

Por su parte, Marcelo Cortez, imputado por encubrimiento y falso testimonio, y Zulema Anríquez, acusada de encubrimiento, fueron absueltos.

Antes de la sentencia impartida por el tribunal presidido por el juez Julio David Alegre Paz, Rojas pidió perdón a los familiares de su ex pareja y rogó que su alma descanse en paz, mientras que los Ledesma no emitieron palabra, informó el diario El Liberal.

Durante el juicio quedaron acreditadas las pruebas que presentó la fiscal Norma Morán, quien tras conocerse el veredicto consideró que el fallo “se ajustó a derecho”.

En la madrugada del 14 de junio de 2012, Leda Raimundi, de 38 años, fue drogada con un medicamento inyectable en las cercanías de un motel del Santiago del Estero Golf Club, en la zona norte de la capital santiagueña.

En el lugar, al que la mujer había concurrido con su ex en un auto, fue capturada por “El Turco” Pereyra, Lucrecia Ledesma, su hijo Luis y Brandán, que iban en otro vehículo.

Peritos forenses constataron que los asesinos seccionaron el brazo derecho, el maxilar inferior y ambos senos de la mujer, además de inflingirle dos cortes en el parietal izquierdo, arrancarle el cuero cabelludo y abandonar el cadáver, que presentaba gran cantidad de incisiones en el rostro y en el resto del cuerpo.

Además, al lado del cuerpo se hallaron las prendas de vestir de la docente y otros efectos personales. Según pudieron averiguar los investigadores, cuando estaban en pareja, la maestra denunció a Rojas en diversas oportunidades por maltrato físico, por lo que pesaba sobre él una orden de restricción perimetral.

La hipótesis del crimen que se comprobó en el juicio es que la “Mae” Ledesma y su hijo Luis practicaban ritos diabólicos, “servicios” que fueron solicitados por Rojas para lograr “una limpieza espiritual” de Raimundi, que había decidido finalizar una relación sentimental con él.