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ACTUALIDAD

30 de julio de 2014

El mediador Pollack confirmó que no se llegó a un acuerdo y advirtió por un inminente default

Al término de una nueva reunión en Nueva York, el "special master" que designó el juez Thomas Griesa confirmó que los representantes del Gobierno y los holdouts no lograron alcanzar un entendimiento por la deuda impaga

En momentos en que el ministro de Economía, Axel Kicillof, brindaba una conferencia de prensa en el consulado argentino en Nueva York para informar sobre el curso de las negociaciones con los holdouts, Daniel Pollack, el mediador que nombró el juez a cargo del litigio para el caso confirmó que las partes no alcanzaron un acuerdo en la reunión de esta tarde.   "Lamentablemente no se alcanzó ningún acuerdo y la Argentina estará inminentemente en default", dijo. "El default no es una condición técnica, es un hecho real que perjudicará a personas reales", añadió en un escueto comunicado.   Según Pollack, "las consecuencias totales del default no son predecibles, pero ciertamente no son positivas".   "No es mi intención encontrar una falta en algunas de las partes. Voy a estar disponible para ayudarlos a encontrar una resolución que necesitan alcanzar atento a los intereses de todos", remarcó. "El default no debe prolongarse como una condición permanente o la Argentina y los bonistas, tanto los que entraron al canje y los holdouts, sufrirán un daño grave, y el ciudadano argentino será la última víctima", añadió.  

Consultado por las palabras del mediador durante la rueda de prensa, Kicillof dijo estar "sorprendido" y consideró que "parece escrito para favorecer a alguna de las partes".

Aclaró, luego, que mantuvieron conversaciones "cordiales" con Pollack y reiteró que la Argentina está dispuesta a seguir negociando.

El último día de negociaciones previas a que el país ingresara en cesación de pagos había comenzado cargado de optimismo, principalmente por las señales positivas que surgieron con la propuesta que llevaron banqueros argentinos para salir de garantías a la espera de un acuerdo. Así lo habían entendido también los mercados, que acompañaron un humor que finalmente no prosperó.

De no cambiar el panorama de manera abrupta, la Argentina se encamina a ingresar una vez más en default. No obstante, expertos de distintas orientaciones políticas coinciden en que la situación es notablemente distinta de la vivida en 2001.

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