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Vecinos coincidieron en que la masacre de San Isidro, perpetrada por un sujeto de 22 años apodado Chucky, quien mató a su suegra, a un vecino, hirió a su novia y se suicidó, podría haberse evitado si la policía hubiera actuado como debiera.

La prima de Matías Pavón, el vecino asesinado por querer ayudar, dijo que la semana pasada hubo un incidente en el que la policía no detuvo a David Rosas, el asesino. "Vino a tirar tiros y la policía le dijo anda a tu casa y no se lo llevó preso. Ahora hay tres muertos", sentenció la la mujer.

Una vecina llamada Eliana contó que "El Chucky" era "violento" y que ya "le había pegado" a Verónica Díaz, su pareja y madre de sus tres hijos, en otra oportunidad en la que "tuvo que intervenir para separarlos Gendarmería".

Sobre la matanza, contó que escuchó "entre cuatro y cinco tiros y los gritos de los chicos que pedían ayuda, que venga la policía y la ambulancia. Alguien gritaba están muertos".

Otro vecino, identificado como Gustavo, remarcó que Rosas "cuando estaba drogado se ponía loco y le tiraba tiros a todo el mundo por cualquier cosa".

Un cuarto vecino, que prefirió no dar su nombre, contó que "el problema de la pareja era que ella no le dejaba ver a los chicos" y al hacer mención al último mensaje del Facebook de Rosas dijo que "hasta ayer estaba todo re romántico entre ellos".

Frondoso prontuario

Voceros policiales indicaron que Rosas tenía antecedentes por "robo a mano armada, infracción a la Ley de Drogas 23.737 y violencia de género", y que incluso el último Día del Niño, en agosto, fue detenido por haber ido a la puerta de la casa donde hoy ocurrió la masacre a efectuar disparos.

El fiscal Ferrari ordenó que los cuerpos sean trasladados a la morgue policial para las correspondientes autopsias y esperaba el informe balístico y de los peritos para poder establecer la mecánica del ataque.