Los dictámenes propuestos por el oficialismo en relación de ambos países contaron en la votación a mano alzada con el apoyo del massismo.

La presidenta de la comisión de Relaciones Exteriores, Elisa Carrió (CC-Cambiemos) rescató en el recinto la prevalencia de la democracia en la crisis brasileña mientras que el Frente para la Victoria insistió en que la destitución de Rousseff fue la culminación “de un golpe en cuotas” contra la Presidenta.

Carrió fundó su exposición en el proyecto de Declaración que avaló la comisión por consenso en el cual se reafirmó el derecho a la democracia “y la obligación de promoverla y defenderla por parte de los gobiernos”.

La diputada manifestó que “lamentablementeRousseff resultó destituida pero como consecuencia del “impeachment” y no como ocurrió en 2001 en la Argentina, que dijo “tiene el privilegio de haber recibido la mayor cantidad de golpes civiles, entre diciembre de 2001 y la asunción de (Eduardo) Duhalde”.

En la comisión de RR.EE. hubo acuerdo en algunos rasgos centrales de la declaración sobre la situación brasileña pero el kirchnerismo sacó un dictamen propio en el cual agregó que la destitución de Rousseff fue un golpe institucional.

El vicepresidente de la comisión de Relaciones Exteriores, el kirchnerista Eduardo Carmona, sostuvo que “nosotros sostenemos que es un golpe parlamentario que es insuficiente calificarlo como blando”. “Se ha tratado de un golpe por cuotas ejecutado por meses, por sectores legislativos, con la justicia, con medios de comunicación, orquestado por iglesias electrónicas y por grupos económicos concentrados”, explicó.
El diputado kirchnerista cuestionó la posición sostenida por el Gobierno sobre el procedimiento que terminó con la destitución de Rousseff porque, dijo, “estamos avalando el golpe de Estado” que alertó que constituye “un antecedente nefasto a futuro”.

Carmona por eso expresó “nuestro más categórico rechazo al golpe de Estado contra la presidenta Dilma Rousseff” y marcó que “no nos podemos manejar en el abstracto plano de los principios”.

En el medio

El interbloque Progresistas a través de Margarita Stolbizer (GEN) y Victoria Donda (Libres del Sur) reconoció “las limitaciones de la declaración” y coincidieron en sostener que “lo ilegítimo” de “la violación de la voluntad popular” que eligió a Rousseff para la Presidencia.

Por el Frente Renovador, Felipe Solá afirmó que “hay que llevar luto por Brasil hoy” pero rechazó que se haya tratado de una suerte de golpe de Estado.
Empero, el diputado del FR sostuvo que “buena parte de estos senadores” que votaron a favor de destituir a Rousseff “están altamente sospechados del entramado de corrupción que nació en el PT pero se extendió en todos los partidos”. Solá resaltó que “ellos, los acusados, sacaron a una presidenta que no está sospechada porque se deshizo de siete ministros sospechados”. “Han echado a una persona honesta, que no estaba confabulada por el tema corrupción”, dijo.