El gobierno de Venezuela deportó a enviados de Al Jazeera que viajaron al país para cubrir la marcha que el jueves realizará la oposición para exigir un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, denunció el sindicato de periodistas. Entre ellos está la argentina Teresa Bo, hija del actor Víctor Bo y nieta del recordado director de cine Armando Bo.

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) señaló que tres trabajadores de la cadena árabe fueron retenidos el lunes por las autoridades venezolanas a su llegada al aeropuerto internacional de Maiquetía, próximo a Caracas.

"Teresa Bo, corresponsal, Lagmi Chávez, productora, y un camarógrafo de @AlJazeera fueron retenidos en Maiquetía. Les quitaron sus equipos", publicó el SNTP en su cuenta en la red social Twitter.

El nombre del camarógrafo no fue confirmado por la organización, pero trascendió en la prensa que se trata de Mariano Rosendi.

"Se conoció que el equipo de @AlJazeera retenido en Maiquetía será deportado, a primera hora, hacia Colombia", agregó el SNTP.

Según el sindicato, el grupo venía "desde Argentina para cubrir los acontecimientos de esta semana en Venezuela".

El SNTP detalló que al equipo de Al Jazeera le dijeron que las reglas han cambiado y que debían comunicarse con el director del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), Juan Dugarte.

Desde México también arribaron John Holman y Ricardo López. También fueron deportados hacia el Aeropuerto Internacional El Dorado en Bogotá, Colombia, porque no tienen una nueva visa especial.

En medio de una fuerte crisis, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocó para el jueves a una manifestación para reclamar al poder electoral que anuncie la fecha de recolección de cuatro millones de firmas (20% del padrón) que requiere para activar la consulta que promueve contra Maduro.
Cambio de rumbo
Teresa Bo, tras iniciar una carrera como modelo, luego tuvo un cambio rotundo en sus ambiciones y la encontraron estudiando Comunicación y Ciencias Políticas en Washington, donde también cursó un máster en Resolución de Conflictos.

En 2001, Teresa estuvo a punto de terminar en la cárcel en Pakistán y se salvó a último momento jugando una carta arriesgada: adujo que era hija de un miembro del servicio de inteligencia argentina.

Un par de años después le tocó trabajar en Irak cubriendo la guerra como enviada especial de Canal 9 y del diario La Razón de España. Y, eventualmente, el gobierno iraquí la conminó a abandonar el país. "En parte creo que porque soy mujer, y en parte porque como en el Centro de Prensa me estaban complicando la renovación de mi visa llamé a un amigo, que es un funcionario importante del gobierno, que me la consiguió en cinco minutos", contó Bo.

Teresa vivió en Bagdad durante tres años y cubrió el Oriente Medio por aún más tiempo. Cuando Al Jazeera la llamó y le preguntó si quería mudarse a Buenos Aires para cubrir Latinoamérica, luego de tantos años en el exterior aceptó de inmediato.