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22 de enero de 2025

Los dólares de Vaca Muerta fueron claves para el superávit comercial y la estabilidad cambiaria del primer año de Milei

La balanza energética fue positiva en USD 5.600 millones y mostró su mejor resultado desde 2006. La producción de petróleo y de gas pueden sostener la apreciación del peso como paso previo a la competencia de monedas

>La Argentina cerró 2024 con un superávit comercial récord en términos nominales de USD 18.899 millones. Este resultado fue impulsado principalmente por el aporte de divisas del sector energético, el más elevado en casi dos décadas, acompañado por la recuperación del campo tras la sequía y la contracción de las importaciones en un año marcado por la caída de la actividad económica.

El saldo positivo entre las exportaciones e importaciones de energía alcanzó en 2024 los USD 5.668 millones, el más alto desde 2006, según datos de la consultora ACM. En comparación, esta cuenta había registrado un déficit de USD 13 millones en 2023 y de USD 4.471 millones en 2022, afectada por el aumento de los precios internacionales generado por la invasión de Rusia a Ucrania.

La reversión de la “balanza energética” se explica principalmente por la caída en las importaciones de combustibles, facilitada por la mayor capacidad de transporte de gas tras la puesta en marcha del Gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner). Asimismo, el país alcanzó en 2024 la mayor producción de petróleo en 20 años y un máximo de gas natural desde 2008, impulsados por el crecimiento del shale en Vaca Muerta.

Sin considerar el sector energético, la balanza comercial de Argentina estaría muy por debajo de su récord histórico, indicó Federico Filippini, economista de Adcap. El superávit, en ese caso, se reduciría de los USD 18.899 millones alcanzados en 2024 a aproximadamente USD 13.000 millones. En 2023, en cambio, el país había registrado un déficit comercial de USD 6.926 millones debido a la sequía y a una balanza energética levemente negativa.

El 2024 pudo haber implicado un quiebre para la tendencia que mostró la balanza energética de la Argentina en las últimas décadas. Esa es la previsión que tienen las petroleras que operan en el país, el Gobierno y los organismos internacionales, como el FMI.

No es un dato menor para una economía que históricamente sufrió de escasez de dólares. Las políticas de mantener atrasados los precios de las tarifas de energía que se aplicaron en las dos décadas previas a la llegada de Milei al poder tuvieron un fuerte impacto en la macroeconomía. Las políticas de “populismo energético” generaron un gasto en subsidios para el Estado equivalente a USD 150.000 millones y un déficit comercial que trepó a USD 36.000 millones durante el período 2003-2023 según afirmó Alejandro Einstoss, economista del Instituto Argentino de la Energía Gral Mosconi (IAE).

“Con todos los proyectos energéticos, nos van a salir los dólares por las orejas. Lo que necesitamos es crear demanda a esos dólares y eso va a generar lo que nosotros llamamos dolarización endógena, que empiecen a dar vueltas más dólares que pesos”, dijo recientemente Milei.

Un informe de la consultora PwC dirigido a inversores internacionales consignó que la Argentina podría alcanzar para 2030 un superávit energético de USD 30.000 millones, debido al desarrollo del shale oil y shale gas de Vaca Muerta. El país podría así depender menos del campo y las lluvias, aunque para acelerar las inversiones será clave avanzar en las liberación del cepo cambiario.

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