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28 de noviembre de 2024

¿El mago de Oz estaba maldito? Lesiones, accidentes y anécdotas en el detrás de cámaras del clásico

Desde quemaduras graves hasta problemas de salud por productos tóxicos, los eventos ocurridos durante la filmación han generado especulaciones sobre supuestos eventos sobrenaturales

>La película El mago de Oz (1939), protagonizada por Judy Garland, es reconocida como un clásico del cine. Sin embargo, su producción estuvo marcada por accidentes, desafíos técnicos y rumores que han alimentado su leyenda. Desde lesiones graves entre los actores hasta historias de supuestas maldiciones, este largometraje ha sido objeto de mitos y especulaciones.

Aunque muchos incidentes documentados han sido corroborados, como las quemaduras sufridas por la actriz Margaret Hamilton o los problemas de salud de Buddy Ebsen, numerosos rumores han sido desmentidos. Fricke asegura que historias como el supuesto suicidio de un actor en el set o las acusaciones de abuso hacia Garland carecen de evidencia y han sido exageradas, de acuerdo con Time.

Entre los incidentes más documentados está el que afectó a Margaret Hamilton, quien interpretó a la Malvada Bruja del Oeste. Durante una escena en la que su personaje desaparecía en una nube de humo, un error técnico provocó una explosión que le causó quemaduras de segundo y tercer grado. Según Fricke, citado por People, este accidente obligó a la actriz a ausentarse durante seis semanas.

Cuando regresó al set, Hamilton se negó a participar en otra escena peligrosa que involucraba efectos con fuego. En su lugar, su doble, Betty Danko, realizó la secuencia, pero también resultó herida. Según los libros de Fricke sobre la película, la escoba utilizada en la escena explotó, lanzando a Danko al suelo y causándole lesiones que requirieron hospitalización.

Buddy Ebsen, elegido inicialmente para interpretar al Hombre de Hojalata, tuvo que abandonar el proyecto debido a una reacción alérgica severa al polvo de aluminio utilizado en su maquillaje. Según la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, Ebsen relató en sus memorias The Other Side of Oz que sufrió calambres musculares y dificultades respiratorias mientras dormía, lo que lo obligó a ser reemplazado por Jack Haley.

El perro Terry, quien interpretó a Toto, también sufrió un accidente en el set. Según un informe de People, un técnico de producción accidentalmente pisó al animal, lo que causó lesiones menores que requirieron atención veterinaria antes de que el perro pudiera regresar a las grabaciones.

Uno de los mitos más persistentes sobre el rodaje de El mago de Oz es el supuesto comportamiento inapropiado de los actores que interpretaron a los Munchkins hacia Judy Garland. Sid Luft, exesposo de Garland, afirmó en sus memorias que estos actores solían acosarla en el set. Sin embargo, Fricke desmintió estas acusaciones en una entrevista con Time, asegurando que no hay evidencia para respaldar estas afirmaciones.

Otro rumor recurrente es el supuesto suicidio de un actor que interpretaba a un Munchkin, cuya sombra sería visible en una escena de la película. Según Fricke, citado por People, esta historia es completamente falsa. La “sombra” que aparece en el fondo de la escena corresponde, en realidad, a un ave utilizada como parte del decorado.

El historiador John Fricke atribuye muchos de los accidentes ocurridos durante la producción a la naturaleza experimental de los efectos visuales utilizados en El mago de Oz. En declaraciones a People, Fricke explicó que los cineastas estaban intentando crear escenas nunca antes vistas en el cine, lo que llevó a situaciones imprevistas y accidentes.

A pesar de los problemas documentados y los rumores surgidos con los años, El mago de Oz sigue siendo considerada una obra maestra. Fricke sostiene que el 90% de los riesgos asumidos resultaron en innovaciones que ayudaron a consolidar su lugar en la historia del cine, mientras que el 10% restante ha sido magnificado por la especulación.

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