26 de septiembre de 2024
Guido Süller puso en venta la mansión de sus sueños: “Me quedé solo en una casa gigante”
En charla exclusiva con Teleshow, el mediático se mostró emocionado y contó los motivos que lo llevaron a tomar esta decisión
Con el tiempo, se dio cuenta de que la mansión que había construido no coincidía con la sencillez que anhelaba. “Era como la casa de una estrella, al punto que en la puerta hay una baldosa con una estrella como en el Paseo de la Fama de Hollywood. La casa la hice pensando en el personaje, para la tele, para que venga la prensa a grabar”, admitió, al revelar la dualidad entre la figura pública y la persona real que ahora busca una vida más simple. “Descubrí que la felicidad no está en las cosas materiales. Cuanto más tenés, menos feliz sos. Los pobres son más felices que los ricos”, afirmó para resumir su nueva filosofía de vida.
Ahora, su mirada está puesta en un futuro más tranquilo, alejado de los lujos que antes definían su vida: “Me busqué una chacrita que no tiene más de tres hectáreas cerca de Buenos Aires, por Baradero, San Pedro”, donde celebra el contacto con la naturaleza y la vida sustentable: “Me levanto y no tengo que ir a la verdulería y comprarme una naranja para exprimirme un jugo. Yo tengo mis plantas de naranja, de mandarina, en un mes ya voy a tener duraznos, ciruelas, damascos, además de mis papas, batatas, cebolla de verdeo. Es un lugar muy sencillo, pero tiene ese calor de hogar. Amaso pan y la casa huele a pan casero y no hay nada más lindo que comer de lo que te da la tierra”, destacó.Aunque aún no ha encontrado al comprador ideal para el inmueble, Guido está convencido de que el desprenderse de ella es parte de su evolución personal. “Una vez cumplida la meta de la casa de mis sueños, uno tiene que ponerse nuevos proyectos y nuevos sueños, porque si no, se viene la pregunta: ‘¿Y ahora qué?’”. Para él, la venta no es solo un cambio de escenario, sino la oportunidad de seguir soñando, proyectando y luchando por una nueva vida, lejos de los reflectores y cerca de la simplicidad que siempre buscó.
“Me gustaría que la persona que viva ahí la disfrute a full y entienda todo el amor, el cariño y el esfuerzo que yo puse para que ese terreno vacío se transforme en la Mansión Süller”, concluyó, dejando en claro que, aunque diga adiós a su majestuosa creación, su esencia siempre quedará en sus muros. Porque esta no es solo la historia de una casa que sale al mercado, sino el relato de un hombre que, después de años bajo el escrutinio público, busca encontrar la paz en la simplicidad del campo. Las veladas exclusivas, las reuniones en su mansión de ensueño y las risas compartidas con amigos y extraños parecen pertenecer a un capítulo que, si bien dejó huella, ahora llega a su fin.