9 de agosto de 2024
La soja, el maíz y la carne impostora
A pesar de la acumulación de malas noticias, los cultores de los sucedáneos del emblemático producto ensayan nuevas y sorprendentes opciones a partir de ambos cultivos
La creación de “maíz carnoso” comienza con la transformación de la planta; la mioglobina se introduce genéticamente en la semilla de esta gramínea. Como resultado, el perfil nutricional del La proteína generada por el “maíz carnoso” admite su uso en diversas aplicaciones alternativas y las plantas se pueden cultivar a escala. Una vez extraída del Luego, los fabricantes pueden agregar grasa u otras proteínas de origen animal entre las capas de este maíz, lo que ayuda a que los productos de “carne alternativa” sean más húmedos y sabrosos. Algunos incluyen ingredientes adicionales para imitar el aspecto, sabor, olor y formato final, y venderlos como “bifes”, “salchichas” o “hamburguesas”.
Este mundo que parece de fantasía no termina ahí. La empresa de cultivo molecular Moolec ha insertado genes de cerdo en semillas de soja para generar proteínas con sabor a carne que pueden cultivarse en plantas. Como en el caso anterior, la idea es convertir las plantas en pequeñas fábricas que puedan producir proteínas de alto valor y otras moléculas que podrían usarse para complementar productos existentes o proporcionar un tono carnoso a los alimentos de origen vegetal. Esta soja se denomina Piggy Soy, y para generarla identificaron las secuencias de ADN del cerdo responsables de la producción de estas proteínas y luego las insertaron en el ADN de la oleaginosa.Se cree que las empresas de “carne de origen vegetal” podrían estar particularmente interesadas en las proteínas animales cultivadas de esta manera. En Estados Unidos, las ventas de productos de origen vegetal están estancadas, en medio de señales que indican que los consumidores se sienten decepcionados con estas ofertas sin sacrificar animales. A medida que la confianza flaquea, más empresas emergentes esperan crear el ingrediente que pueda ayudar a que las salchichas y hamburguesas de origen vegetal rivalicen con sus contrapartes vinculadas con la carne natural. No parece posible, pero seguirán intentándolo.