El asesinato de Kluiberth Roa, de 14 años, conmueve a toda Venezuela. El adolescente, que era un boy scout, se había acercado ayer a una manifestación opositora en la ciudad de San Cristóbal, en Táchira, para auxiliar a heridos por la represión cuando un policía lo remató de un disparo en el cráneo.

Este miércoles al mediodía se realizó una misa para despedir sus restos. El cortejo fúnebre partió del mismo lugar donde fue ejecutado y se dirigió luego al cementerio metropolitano El Mirador. En el entierro participaron cientos de personas, que se acercaron para exigir justicia y darle su apoyo a la familia.

   

"Uno de los niños se acercó a limpiarle las heridas a un chamo de la Uni. El chamo se voltea y grita: 'Corran que se vienen los tombos (policía)'. El niño no logró escaparse y se escondió debajo de un carro. Pero los policías se dieron cuenta, lo sacaron de debajo del carro y le metieron el tiro a quemarropa, un poquito por arriba de la nuca", relató ayer una mujer que participaba en la protesta.

Por el asesinato de Kluiberth, fue detenido Javier Mora, un agente de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), quien habría confesado que le disparó al joven. La Fiscalía lo imputó hoy por su presunta participación y está siendo investigado.

"¿Alguien me va a devolver a mi hijo?", fue el desgarrador grito de la madre del adolescente cuando se enteró de la noticia. "Esto no se va a quedar así, el pueblo va a seguir protestando", afirmó ayer el padre de Kluiberth, Erik Roa, desde la puerta de la morgue.

Hoy, además, hubo distintas manifestaciones en Venezuela para condenar el asesinato de Kluiberth y reclamar al gobierno de Nicolás Maduro que derogue la resolución, firmada a fines de enero, que permite el uso de armas de fuego en las protestas.