29 de junio de 2020
El último eslabón de un período con Independiente en el Everest del fútbol de América
El 29 de junio de 1975, en Asunción del Paraguay, el equipo de Avellaneda obtuvo su sexta Copa Libertadores ante Unión Española, de Chile. La cuarta consecutiva y que dio paso al apodo de Rey de Copas.
Tras una final desempate disputada en Asunción, Independiente logró hace 45 años la última conquista de un período glorioso en el que se erigió en dueño de América, con un ciclo que encadenó cuatro Copas Libertadores consecutivas.
El 29 de junio de 1975, en el estadio Defensores del Chaco de la capital paraguaya, la entidad de Avellaneda emprendió un nuevo mojón para el "orgullo nacional" de sus hinchas, al ganarle a Unión Española de Chile (2-0), con tantos de Ricardo Ruiz Moreno y Daniel Bertoni.
El equipo que –por ese entonces- dirigía Pedro Dellacha alcanzaba la gloria sudamericana, por sexta vez en su historia, tras un recorrido que incluyó momentos espinosos y de confusión.
Es que el ingreso directo a semifinales (tal como se estilaba por aquellos años, el ganador de la Copa anterior evitaba la primera fase) le deparó al 'Rojo' dos de los más difíciles adversarios que podía asumir: Rosario Central y Cruzeiro de Belo Horizonte.
El estreno del club de Avellaneda, un 6 de mayo, no fue el deseado: 0-2 en Arroyito ante un Central que fue más con los goles de Jorge Solari y Mario Kempes.
El segundo encuentro, jugado diecisiete días después del debut, deparó otro desempeño con muecas de disgusto. El equipo de Belo Horizonte venció por 2-0, con anotaciones de Nelinho (el mismo defensor que tres años más tarde, en Argentina '78, resultó el abanderado de un seleccionado brasileño que llegó al podio) y Roberto Batata. Independiente asomaba en el umbral del precipicio.
"Ese año lo habíamos arrancado con una gira muy larga por Asia. Estuvimos casi un mes haciendo partidos por Indonesia y Hong Kong. Eso nos terminó perjudicando", contó Ricardo Bochini a Télam para intentar justificar ese comienzo irregular.
Pero Independiente se recuperó. Y el 30 de mayo, en su primer compromiso en el estadio de la Doble Visera, el 'Rojo' obtuvo un sufrido éxito 2-0 sobre el Central del DT Carlos Griguol, a partir de los goles convertidos por José Pascuttini, en contra de su valla y el propio Bochini, ambos en el tramo final del cotejo.
Aún restaba el encuentro decisivo ante el campeón brasileño que –tres días antes- tropezó en Arroyito y cayó ante Central (1-3), otorgándole al grupo un insólito marco de paridad.
Entonces ese miércoles 6 de junio, Independiente sabía que debía imponerse por tres tantos de diferencia para alcanzar el objetivo.
Un penal convertido por el uruguayo Ricardo Pavoni (Pt. 35m.), un tiro de esquina lanzado por Bertoni que ingresó en forma directa (St. 21m.) y una aparición de Ruiz Moreno (St. 31m.) desataron la locura en Avellaneda. 3-0 y clasificación a la final, a partir de conseguir el primer puesto por diferencia de gol (4 puntos; +1).
Nuestro mundo es este 🌎
#UNIDOS
👹#TodoRojo
🔴pic.twitter.com/JG0BmJYhhQ
� C. A. Independiente (@Independiente)June 28, 2020
En la definición esperaba Unión Española, equipo chileno que se había sacado de encima de Universitario de Perú y Liga Deportiva Universitaria de Quito, de Ecuador.
El primer partido, en el Estadio Nacional de Santiago, entregó una agónica victoria de Unión Española (gol de Sergio Ahumada) ante un 'Rojo' que –esa noche del 18 de junio- modificó el tradicional color por una casaca de tonalidad amarilla.
Una semana más tarde, en Avellaneda, Independiente obtuvo el triunfo (3-1) que le permitió forzar el desempate.
El peruano Percy Rojas abrió la cuenta al minuto para el conjunto de Dellacha. Un penal convertido por el mediocampista Francisco Las Heras (Pt. 15m.) estableció la igualdad provisoria.
Un discutido penal anotado por el uruguayo Pavoni (St. 14m.) le otorgó la ventaja al elenco de Avellaneda, que halló la tranquilidad necesaria con una nueva conquista de Bertoni (St. 38m.)
La definición se trasladó a Asunción. Y allí Independiente le hizo sentir el rigor de la historia copera a un adversario no acostumbrado a este tipo de instancias decisivas. Fue 2 a 0. En la primera parte, Ruiz Moreno marcó la apertura y, ya en la segunda, Bertoni sentenció la historia.
El equipo de Avellaneda consiguió así un récord que aún hoy se mantiene vigente en la Libertadores: obtener cuatro Copas en hilera (1972, 1973, 1974 y 1975), lo que le permitió –por esos días- situarse en el Everest del fútbol sudamericano.
