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ACTUALIDAD

3 de diciembre de 2014

Argentina es el tercer país del mundo libre de grasas trans

El consumo de grasas trans en alimentos industrializados aumenta el riesgo de enfermedades cardio, cerebrovasculares y renales. ¿Por qué las panaderías son el talón de Aquiles de la norma?

La "letra" de la nueva regulación argentina que libera a los alimentos de grasas trans de origen industrial tiene, sin duda, el estatus de norma del primer mundo.   Pero si hurgamos en la flamante resolución aún quedan algunas contradicciones que necesitarán del apoyo de la sociedad civil para fiscalizar su efectivo cumplimiento, y del Estado, para controlar aún la "zona liberada", que son las panaderías.   Argentina es el tercer país del mundo detrás de Suiza y Dinamarca y pionera en América Latina en implementar esta política alimenticia de reducir a menos del 3% las grasas trans sobre los alimentos industrializados. Esto permitirá evitar miles de accidentes cardiovasculares al año.   Para darle fuerza a la regulación se modificó el Código Alimentario Argentino   Las grasas trans de origen industrial (aceite vegetal hidrogenado) presentes en aceites, margarinas, alfajores, golosinas, pan y productos de panadería en general son innecesarias para el organismo y nocivas para la salud. Son grasas fabricadas artificialmente cuyo único objetivo es incrementar el colesterol LDL ("colesterol malo") y disminuir el colesterol HDL ("colesterol bueno").   Lo interesante es que las grasas trans se las ingenian para "camuflarse" y seguir sobreviviendo a su mala prensa. Ellas son las encargadas de brindar el "look" a los alimentos industrializados como alfajores, galletitas, productos de panaderías, además de dar consistencia y conservación.   Se trata de tres atributos (apariencia, consistencia y conservación) que impactan directamente en un beneficio económico para el fabricante sobre su producto en el mercado. Y aquí radica una de las claves de por qué la necesidad y trascendencia de esta regulación que impartió el Estado.   En diálogo con Infobae, Jaime Lazovski, secretario de promoción y programas sanitarios del Ministerio de Salud de la Nación, explica: "Se trata de una regulación que se imparte desde la Comisión Nacional de Alimentos y establece una modificación en el Código Alimentario Argentino (CAA) que determina una restricción menor al 3% en la utilización de grasas trans en los alimentos industrializados. La preparación de la norma arrancó en el año 2009, sobre la cual Argentina avanzó y ha logrado muchos consensos, siendo el primer país de la región en implementar esta regulación y el tercero del mundo con cumplimiento efectivo".   La doctora Verónica Schoj, directora ejecutiva de Fundación Interamericana del corazón FIC Argentina, puntualiza a Infobae: "Lo más importante de haber logrado esta norma es que se trabajó de manera intersectorial. Reducir el consumo de grasas trans significa la reducción de sufrir un infarto. El sólo hecho de consumir 3% de grasas trans aumenta un 25% las posibilidades de sufrir infarto de miocardio".   Dice la doctora Shoj: Con la correcta aplicación de esta regulación se pueden evitar entre 5 y 10 mil infartos.   Agrega Shoj: "Argentina es el primer país de la región en lograr los estándares que fijó la Declaración de Río de Janeiro "América Libre de Grasas Trans" en el año 2008, cuando recomendó su reemplazo por el daño que causaban a la salud. Es una verdadera celebración para la reducción de enfermedades crónicas".   Panaderías: aún en la mira   Para el caso argentino, esta regulación se convierte en un verdadero problema a la hora de fiscalizar las miles de panaderías que existen a lo largo y ancho del país, como parte de la idiosincrasia cultural de la mesa argentina. El propio secretario Lazovski aclara a Infobae: "Entre los logros de esta regulación aplicada a los alimentos industrializados estamos muy bien en aceites y margaritas; y muy mal en alfajores y productos de panadería".     Shutterstock Agrega Lazovski: "En estos cuatro años los cambios aportados al CAA fueron el inicio de un proceso participativo entre el Estado, las empresas y las organizaciones de la sociedad civil para la regulación de alimentos industrializados. Ahora el proceso se focaliza en las áreas de vigilancia, auditoría y laboratorio impulsado desde el Instituto Nacional de Alimentos (INAL)"   El talón de Aquiles de la regulación es el acatamiento por parte de las panaderías sobre productos como pan, facturas y tartas.   "Son muy difíciles de controlar las miles de panaderías que existen en el país" , sostiene Lazovski.   Regulación universal   Enfatiza el secretario de Salud Jaime Lazovski a Infobae: "La regulación nacional 'Alimentos libres de grasas trans' entrará en vigencia para los productos elaborados a partir de hoy 3 de diciembre. Lo que hay que saber es que en la góndola el cambio va a ser gradual; ya que van a convivir alimentos fabricados antes de esa fecha y los nuevos. Hay que estar atentos a que los fabricantes cumplan con la norma".   Las modificaciones introducidas en el artículo 155 del CAA establecen que "el contenido de los ácidos grasos trans de producción industrial en los alimentos no debe ser mayor al 2% del total de grasas en aceites vegetales y margarinas" y "a 5% del total de grasas en el resto de los alimentos".   Ese mismo artículo precisa que "a fin de facilitar y efectivizar el cambio tecnológico en las industrias elaboradoras de alimentos, la norma previó un plazo de adecuación que hoy culminó. Principios de diciembre de 2012 para aceites vegetales y margarinas, y 3 de diciembre de 2014 para los demás alimentos".     Shutterstock   Dice la doctora Shoj: "Hay que garantizar el cumplimiento universal de la norma, tanto para las grandes y pequeñas industrias, como para las panaderías. Si bien las panaderías y las Pymes productoras de alfajores, golosinas o galletitas son zonas más complicadas para el control; hay que prestarles atención porque muchas veces son las que ofrecen el mejor precio o el más barato del mercado; son los alimentos que la gente más consume, en especial los sectores más vulnerables. Hasta ahora la norma en la Argentina lleva un cumplimiento del 80%"   Empoderar a la sociedad   La sociedad civil tendrá que asumir un rol protagónico, al exigir a los fabricantes el cumplimiento de la norma. Agrega Shoj: "Hay que informar primero a la sociedad para luego empoderarla.

La gente aún no percibe el tema de las grasas trans como algo importante".

  Y a la vez desarrollar un hábito que entre los argentinos no está muy arraigado: mirar en detalle el rótulo de los alimentos. Allí debe abundar información que importa a nuestra salud.   En la Argentina, los rótulos de los alimentos por Ley deben detallar los componentes de fabricación del alimento y en la gran mayoría son difíciles de comprender.   "El gran desafío para la sociedad argentina es fortalecer el monitoreo de la regulación; tiene que asumir una fiscalización de la norma. Y la comprensión del rotulado es un buen paso para conocer la información y acompañar una política con concientización", detalla Shoj.   Al respecto el secretario de la cartera de Salud Nacional destaca: "La plena entrada en vigor de la reforma del Código Alimentario que limita el componente de Ácidos Grasos Trans (AGT) en los alimentos permitirá salvar 1.500 vidas y evitar más de 8.000 accidentes cardiovasculares al año".     Un estudio revelador   Las grasas trans de origen industrial son ácidos grasos (AGT) que se forman durante el proceso de hidrogenación parcial de aceites vegetales para formar grasas semisólidas. También pueden producirse durante la refinación de los aceites y durante la fritura cuando el calentamiento se realiza a muy altas temperaturas, por tiempos prolongados y con aceites poliinsaturados.     Estas grasas tienen efectos adversos para la salud: la evidencia científica vincula el consumo de ácidos grasos trans de origen industrial con alteraciones del metabolismo de lípidos en la sangre, inflamación vascular y desarrollo de enfermedades cardio, cerebrovasculares y renales. Su exceso tiende a adherirse y engrosar las paredes de las arterias y venas de todo el organismo.   La Fundación Interamericana del Corazón Argentina (FIC) realizó una investigación sobre 878 productos de las principales marcas que están en venta en grandes supermercados, con el objetivo de analizar el listado de ingredientes de dichos productos para detectar cuáles contenían grasas trans de origen industrial por encima del límite previsto por el Código Alimentario Argentino antes de la entrada en vigencia de la nueva regulación.   El relevamiento, realizado por FIC Argentina durante el 2013, indicó que de los 878 productos analizados, 42 superaban el límite estipulado. Los baños de repostería, los alfajores y los productos de panadería son las tres principales categorías de productos que, según lo informado en el listado de ingredientes, aún tenían un contenido de grasas trans de origen industrial por encima de lo establecido por el Código Alimentario Argentino.     Un enemigo de la salud   El consumo de grasas trans de origen industrial aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, de muerte súbita de origen cardíaco y de diabetes mellitus.  

Según la Organización Mundial de la Salud, una ingesta diaria de 5 gramos de grasas trans puede aumentar en un 25% el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

  Concluye Lazovski a Infobae: "Esto es como haber cumplido el sueño de la planificación sanitaria, porque se ejecutó un proceso de regulación, de evaluación y monitoreo de cada paso y ahora viene el control del pleno cumplimiento de esta normativa". "Se trata de un nuevo avance para promover la alimentación saludable y reducir los riesgos de enfermedades en la población".     Enfatiza la doctora Shoj a Infobae: "La población además de fiscalizar la norma sobre las grasas trans para que se cumpla, tiene que recibir un mensaje simple: comer más frutas y verduras; tomar agua mineral, cocinar más comida casera y evitar los alimentos ultraprocesados. Y sobre todo aprender a mirar las etiquetas para controlar el valor del sodio y de las grasas trans industriales".   Argentina tiene que abandonar algunos malos hábitos que señalan las estadísticas, como por ejemplo, ser el primer país que lidera el consumo mundial de gaseosas. En el país se consumen en promedio, per cápita, 131 litros de bebidas azucaradas anuales; en la lista le siguen, Chile, Uruguay, y Estados Unidos.

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