Todos los años es la misma historia: al finalizar el ciclo lectivo, los alumnos secundarios de Rosario se reúnen en puntos específicos que arreglan mediante las redes sociales, para luego trasladarse al Monumento a la Bandera, donde en total más de 5000 jóvenes disfrutaron de la tarde del viernes. Sin embargo, este año el Monumento sufrió las consecuencias más que nunca.

"Reforzamos el operativo de seguridad con unos 45 gendarmes, estábamos al tanto de que iban a llegar y tratamos de prevenir todo esto", señaló en declaraciones a Radio 2, aunque reconoció que "la verdad es que resulta muy difícil cuando ya está toda esa gente acá. Pudimos prevenir mayores daños en el material histórico que es muy difícil de reponer", observó.

   

Para el secretario de Control y Convivencia Ciudadana municipal, Pablo Seghezzo, el balance de la jornada fue positivo. "Se movilizó una multitud de chicos y a diferencia de otros años no tuvimos que lamentar enfrentamientos entre bandas, no hubo heridos ni demorados", apuntó, y recordó que "logramos incautar más de cien litros de alcohol que de haberse consumido eran seguramente causales de conflicto y se notó la presencia del Estado para disuadir", aseveró.

   

Según el funcionario, la clave pasa por "aprender a respetarnos entre todos y velar por la seguridad y la salud de los jóvenes. Es importante poder festejar sin dañar el mobiliario público, sin molestar al resto y de la forma más sana posible, con el involucramiento de los adultos", en declaraciones a La Capital.