3 de octubre de 2017
"Fue vivir con el diablo"
Belén Saa recibe golpes y amenazas de su ex pareja, quien pese a ser detenido tras su último ataque, volvió a su domicilio a las pocas horas y continúa en libertad.
"Siempre me dice que si me ve con otro hombre nos va a matar a mí y a mi hija”, es el escalofriante testimonio de Belén, una joven que salvó su vida de milagro en los últimos días, luego de recibir una brutal golpiza de su ex pareja. Sin embargo, las marcas y las heridas no constituyen su mayor padecimiento, sino la impunidad y la libertad de que goza el agresor, quien a pesar de ser apresado tras el ataque, retornó a su domicilio a las pocas horas.
Por lo tanto, la víctima exige con desesperación y angustia la inmediata intervención de las autoridades, mientras vive encerrada en su propia casa. “Fue vivir con el diablo, hasta que un día me di cuenta de que no era la vida que quería para mí y mi hija”, argumentó Belén Saá, de 24 años, los motivos que la impulsaron a finalizar su vínculo amoroso con Julián Flores Iglesias, de 26, a principios de 2016.
No obstante, su calvario se profundizaría puesto que el 8 de marzo de aquel año, dos semanas después de la separación, el individuo acudió a su vivienda y le asestó un golpe de puño a su abuelo. Fue entonces la primera muestra de una serie de hostigamientos y amenazas, a través de los cuales “me vive denigrando como mujer, me dice que lo voy a pagar cuando menos lo espere”, reveló la joven a Crónica.
Sin embargo, a pesar de semejante accionar desencajado de Flores, las autoridades judiciales brillaban por su ausencia, que se manifestaba con la no implementación de una restricción perimetral y la determinación de un régimen de visitas de la jueza Cristina Pibida, del Juzgado Nº 4 de Lomas de Zamora.
Bajo ese fallo, la mujer debía entregarle la hija de ambos, de 3 años, a su ex pareja, en la vivienda de este en la localidad bonaerense de José Mármol. Una medida que causó la sorpresa negativa de Belén, quien invadida por el temor cumplió con la orden de Pibida, y fue en el marco de ese régimen que el último domingo sufrió una nueva agresión.
Al respecto, la víctima relató que “cuando voy a buscar a la nena, siento que él me toca la cola y me dice que fue mi hija. Entonces le contestó que no soy tonta y ahí me pega una trompada en un ojo”. Por si fuera poco, “mi ex suegra intenta protegerme y le dice que va a llamar al 911, y él le dice: ‘Vos no le vas a avisar a nadie. La voy a matar’. Luego me siguió pegando en la espalda, hasta que la mamá logró sacarme de la casa y llevarme a lo de una vecina”.
Finalmente el violento fue detenido pero a las 24 horas liberado, acentuando el pánico de Saá, quien confesó que “tengo mucho miedo hasta para salir a comprar al kiosco de la vuelta de mi casa. Me tienen que ir a buscar a la parada del colectivo y eso es porque sé que no le importa nada, está obsesionado conmigo y anda suelto por ahí”.