26 de febrero de 2017
Ya nadie cree en los supermercados
Ante la falta de control del Estado se deuncian prácticas abusivas. Dentro de las mismas, hay grandes firmas como Disco y Jumbo que generan mayor disconformidad que otras. Mirá este informe especial de Crónica.
Por Florencia Golender
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El año pasado fue la devaluación y la quita de retenciones al sector agrícola las medidas económicas que justificaron subas de precios desmedidas, por parte de las cinco cadenas de supermercados que funcionan en el país. Para 2017, probablemente sean los ajustes de los servicios de energía, agua, gas y combustible los que habiliten el accionar de los dueños de las góndolas. Lo cierto es que la pérdida de poder adquisitivo hace que los consumidores pierdan también la paciencia y realicen sus compras en comercios más pequeños.
En concreto, a pesar de los argumentos para remarcar, la ventas de los súper cayeron un 4,7% en 2016. “Son formadores de precios y acentúan el proceso inflacionario”, sostuvo en diálogo con “Crónica” el titular de Consumidores Libres, Héctor Polino, quien consideró que “la gente elige otras opciones porque está cansada de la impunidad de los grandes comercios”.
Números
Una semana atrás, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dio a conocer los montos de las ventas acumuladas de los supermercados durante el año pasado. Si bien arrojaron un crecimiento del 26,2% respecto de 2015, el rubro quedó sensiblemente debajo del 41% medido por la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires. Desde la consultora CCR explicaron que hubo una baja de consumo masivo del 4,7% en supermercados e hipermercados. Y calculó que en el primer trimestre de 2017 la caída no será “tan abrupta, con leve recuperación”.
“El sector se ve afectado, principalmente, por el deterioro del bolsillo de los consumidores -explicó Polino-, ya que los trabajadores recibieron aumentos salariales muy por debajo de la inflación que, mida quién la mida, el año pasado rondó el 40%”.
En infracción
Junto al contexto económico, aparecen las típicas prácticas abusivas a las que los oligopolios tienen acostumbrados a sus clientes. “Esto ocurre porque no hay control del Estado. Todos los supermercados remarcan de forma autónoma y no hay norma que los obligue a explicar cómo llegan a ese precio”, aseguró el analista de Consumidores Libres.
Como pudo comprobar “Crónica”, al conversar con algunos clientes a la salida de diferentes supermercados de Capital Federal (ver página 2), hay quejas que se repiten. Mientras Jumbo y Disco se llevaron las mayores críticas, marcas como Coto y Vea reflejaron imagen positiva.
Entre las más recurrentes se encuentran que el precio de los productos no está bien identificado en la góndola o que el precio que figura en el cartel no coincide con el que aparece en el ticket. También que en los grandes comercios hay poca variedad de marcas (solo hay dos, tres de cada producto y la marca propia del supermercado). Como así también, la publicidad engañosa con grandes descuentos, que después hacen que se termine gastando más de lo esperado.
En cuanto a las comodidades, los compradores también se fijan en los tiempos. En general, no hay suficientes cajas abiertas para evitar colas largas a la hora de pagar. Polino destacó que “cuando no hay control del Estado ocurren estas cosas. Por ejemplo, en Consumidores Libres realizamos un relevamiento mensual para armar una canasta de alimentos y hemos notado que existe una dispersión de precios. Los súper ponen el valor según la zona donde instalen el local”.
Dónde denunciar
Defensa al Consumidor y los Centros de Gestión y Participación en la ciudad son algunos organismos donde se puede denunciar. Todos los hipermercados tienen, por ley, al costado del sector de cajas un cartel donde figuran todas las entidades de defensa al consumidor con su teléfono para poder presentar la queja correspondiente. “Es importante realizar las denuncias, pero la realidad es que con un gobierno que cree en el libre juego de oferta y demanda es difícil que exista un Estado que cumpla su función de contralor”, concluyó Polino.