Por Pablo Peralta 

@27_pabloperalta 

Enviado especial a Mar del Plata 

Los revolucionarios y tecnológicos métodos de Ariel Holan aún siguen sin dar el efecto que necesita Independiente para ser un equipo que pueda comenzar a recuperar la imagen perdida y ser protagonista en el torneo doméstico.

Los dos clásicos con caída ante Racing fueron la mejor manera de confrontarse con su realidad y ver que las cosas no funcionan del todo bien. De todos modos, el estilo de Holan deja una luz de esperanzas al final del camino. En estos dos partidos , el equipo presentó muchas dificultades, pero con destellos que le permitieron al hincha sacarle una sonrisa.

Esto, a futuro, dependerá de si se concreta de manera efectiva el compromiso de ir de menor a mayor en el desempeño colectivo e individual.

En Salta, la goleada recibida, con dos goles anotados rápidamente, no le dieron el gusto a los dirigidos por Holan de contar con la reacción necesaria. Pero tuvo momentos en el complemento en los que arrinconó a sus pares, reflejando el estilo que le gusta al DT.

En Mar del Plata, la parada fue mucho más pareja y a pesar de que hubo un pobre primer tiempo, también levantó en el segundo y hasta pudo haberlo ganado.

De todos modos, el funcionamiento como equipo vendrá de la coordinación y efectividad de sus partes, algo que también preocupa al DT, ya que hay jugadores que siguen sin levantar su nivel de juego. Desempeños como los de Juan Sánchez Miño, Diego Vera (mucho sacrificio pero no concreta) y por momentos Emiliano Rigoni, son los que espera potenciar Holan para que este Independiente tome las riendas de su juego.

Lo que le saca una sonrisa a al DT, por otra parte, son lo que muestran dentro de la cancha Martín Campaña y Nicolás Tagliafico, baluartes de un conjunto que necesita, cuanto antes, volver a su identidad.