El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró sus críticas a la prensa, a la que calificó de "partido de la oposición", en una entrevista emitida a última hora del viernes.

"Creo que los medios son el partido de la oposición en muchos aspectos", dijo el mandatario en la entrevista con el programa "The Brody File" de la televisión cristiana CBN, que será emitida en su totalidad el domingo.

"No estoy hablando de todo el mundo, sino de una gran parte de los medios", precisó Trump al afirmar que existe "deshonestidad y engaño total".

Eso, a juicio del presidente, hace que esos medios sean "parcialmente el partido de la oposición, absolutamente".

"Creo que (los medios) son mucho más capaces que el partido de la oposición. El partido de la oposición (el Demócrata) está perdiendo estrepitosamente. Ahora los medios están del lado del partido de la oposición", argumentó, reprodujo la agencia EFE.

Estas declaraciones del gobernante se conocen después de que Steve Bannon, uno de sus asesores más cercanos en la Casa Blanca, dijera en una entrevista con el diario The New York Times que la prensa tiene que "callarse la boca" y asegurase que se ha convertido en el "partido de la oposición".

Bannon opinó en esa entrevista que "los medios son el partido de la oposición. No entienden este país. Aún no entienden por qué Donald Trump es el presidente de los Estados Unidos".

"Los medios deberían estar avergonzados y humillados. La prensa tiene que callarse la boca y escuchar durante un tiempo", aseguró Bannon, uno de los artífices de la victoria electoral de Trump y ex director de Breibart News, un medio digital que se ha convertido en un referente del "alt-right", una nueva extrema derecha nacionalista.

Durante una visita a la CIA el sábado pasado, un día después de su investidura presidencial, Trump aseguró que su gobierno está en "guerra" con los periodistas, a los que definió como "las personas más deshonestas de la Tierra".

Desde la toma de posesión de Trump, el pasado 20 de enero, la prensa ha expuesto hechos contrastados que el equipo del nuevo presidente disputó, como la baja asistencia a su investidura o la inexistencia de un fraude electoral masivo como el que el mandatario asegura que existió en los comicios del pasado noviembre.