Esta será la novena final entre las hermanas Williams en uno de los cuatro torneos del Grand Slam y la primera desde la edición de 2009 en Wimbledon, cuando ganó Serena. 

En primer turno, Venus Williams, de 36 años, se clasificó esta madrugada para la final del Abierto de Australia, la primera de Grand Slam desde 2009, tras vencer a su compatriota Coco Vandeweghe en tres sets por 6-7 (3/7), 6-2 y 6-3. 


La tenista, siete veces ganadora en Grand Slam (5 en Wimbledon y 2 en el Abierto de Estados Unidos), había jugado y perdido su última final contra su hermana Serena en Wimbledon.  


Esta será la 15ª gran final y la segunda en Australia para la jugadora más veterana del circuito, tras la de 2003 que Venus perdió también contra su hermana menor Serena. 


Entre 2010 y 2014 la carrera de esta estadounidense de gran talla (1,85 m) se había eclipsado, en parte debido a problemas de salud. Durante tres años y medio, no logró participar en la segunda semana de ningún torneo mayor. 


Pero no tiró la toalla y desde el año pasado parece revivir una segunda juventud. En julio llegó a las semifinales de Wimbledon y emprendió el Abierto de Australia como número 17 del mundo. 


Durante el torneo, Venus se benefició de un cuadro muy favorable: su adversaria mejor clasificada fue la rusa Anastasia Pavlyuchenkova, numero 27 mundial. 
Vandeweghe, de 25 años, ocupa por su parte el lugar número 35 y ha tenido un recorrido remarcable en este torneo: eliminó a la defensora del título y número uno mundial, la alemana Angelique Kerber, en octavos de final, y después a la campeona de Roland Garros, la hispano-venezolana Garbiñe Muguruza (N.7), en cuartos. 


Williams cometió muchos errores en el primer set (17) antes de enderezar el tiro. Se mostró muy sólida en el servicio, con 11 saques directos (aces) y jugó mejor los puntos importantes. 


Por su parte, Vandeweghe arriesgó pero a costa de cometer muchas faltas (51, incluidas 11 dobles faltas) y no supo aprovechar sus oportunidades (solo convirtió una de sus 13 bolas de rotura). 


"Ha jugado bien. He tenido que luchar en defensa todo el tiempo”, reconoció Venus, que se mostró confiada y entusiasmada de enfrentarse en un noveno duelo en final contra su hermana (6-2 para Serena).   

En tanto, que en segundo turno Serena Williams accedió a la final en un trámite mucho más sencillo. Fue tras derrotar a la croata Mirjana Lucic-Baroni en dos sets, por 6-2 y 6-1, este jueves en Melbourne. 

"Estar de nuevo las dos en una final es el mayor de nuestros sueños”, afirmó Serena, de 35 años, ante los espectadores del Rod Laver Arena. 

 Serena no dejó ninguna oportunidad a Lucic-Baroni y marcó casi dos veces más puntos que ella (56 contra 33). 


La menor de las hermanas Williams busca lograr su 23º título de Grand Slam, que le daría el récord de la era profesional por delante de Steffi Graf (22) y la acercaría al récord absoluto de la australiana Margaret Court (24). 


Si gana por séptima vez el Abierto de Australia, Serena recuperará el primer puesto mundial a expensas de la alemana Angelique Kerber.