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Donald Trump dijo este miércoles que podría no aceptar su derrota si los estadounidenses eligen presidente a Hillary Clinton, al chocar fuertemente con su rival demócrata sobre la inmigración, la economía, la política exterior y otras cuestiones en el último debate entre ambos antes de los comicios de noviembre.

La explosiva afirmación de Trump sobre el resultado de las elecciones, que amenaza con echar por tierra uno de los pilares de la democracia estadounidense, sacudió un debate que había transcurrido de manera más civilizada que los dos anteriores pero que se había ido volviendo más agitado con su transcurso.

Clinton calificó de "horrorosa" la resistencia del candidato republicano, quien fue consultado en el debate en Las Vegas sobre sus recientes afirmaciones de que las elecciones del 8 de noviembre están arregladas para que gane Clinton, y todo con la complicidad de los principales medios de prensa del país.

"Se lo diré en su momento. Voy a mantener el suspenso", respondió Trump al ser interpelado por el moderador del debate, Chris Wallace, sobre si aceptará el resultado de la contienda.

El magnate neoyorquino reiteró que hay "millones de personas registradas para votar que no deberían estar registradas para votar", alimentando sus acusaciones de que las elecciones están amañadas en favor de Clinton.

Antes, Clinton lo acusó de favorecer al presidente ruso, Vladimir Putin, por sobre las Fuerzas Armadas y la inteligencia de Estados Unidos, luego de que el magnate inmobiliario rechazara aceptar las afirmaciones de Washington de que Moscú ha buscado interferir en las elecciones para beneficiarlo.

En un intercambio altamente combativo, la ex secretaria de Estado dijo que Putin apoya a Trump porque "prefiere tener a una marioneta como presidente de Estados Unidos", informó la cadena CNN.

El aspirante republicano negó cualquier relación con Putin y dijo que condenaría cualquier interferencia extranjera en las elecciones.

Al comienzo del debate, Trump se mostró más disciplinado y circunspecto que en los dos anteriores, en los que había interrumpido constantemente a Clinton mientras ésta hablaba de manera pausada.

Por el contrario, en los momentos iniciales esperó a que se le hiciera alguna pregunta para hablar y evitó interrumpir a su adversario, incluso cuando Clinton lo acusó de haber pedido que se castigue a las mujeres que practican abortos ilegales, algo que Trump sí afirmó pero de lo cual luego se desdijo.

Sin embargo, con el correr del debate empezó a perder los estribos, cortando a Clinton con un "¡error"! cuando discutieron sobre Rusia y las armas nucleares y con un "¡no puedes!" cuando su adversaria dijo que iba a "traducir" los planes de reforma impositiva del republicano.

En cuanto a la inmigración, uno de los temas más importantes de esta elección, Trump reafirmó que construirá un muro en la frontera con México y deportará a "las malas personas" del país, para luego recién ver quién puede ser readmitido.

El republicano acusó a Clinton de perseguir una política de "fronteras abiertas", una caracterización que la demócrata rechaza, y dijo que si su oponente es electa presidente "la gente va a entrar a raudales al país".

Con la larga y rencorosa batalla por la Casa Blanca acercándose a su fin, el debate era una de las últimas oportunidades de Trump de dar vuelta una carrera que parece estar escapando de sus manos.

Mientras que la campaña de Clinton destila confianza y ha comenzado a poner en su mira a estados tradicionalmente republicanos, el caminos de Trump hacia la Casa Blanca se está volviendo cada vez más complicado.

Ya altamente impopular para una mayoría de los estadounidenses, el candidato presidencial republicano se ha visto muy perjudicado por comentarios vulgares sobre las mujeres que hace en un video de reciente difusión y por una serie de denuncias en su contra por abuso sexual.

El debate de 90 minutos en Las Vegas llegó a menos de tres semanas de las elecciones del 8 de noviembre y con la votación por anticipado ya en marcha en más de 30 de los 50 estados del país.

Al menos 2,4 millones de personas ya han votado, en un índice muy superior al registrado para esta época en las elecciones de 2012. Los sondeos muestran a Clinton al frente en casi todos los estados más decisivos para ganar la Presidencia.

El lunes pasado, su campaña redobló los esfuerzos en Arizona, un estado que votó por el candidato presidencial demócrata apenas una vez en los últimos 62 años.

Trump ha desplegado una estrategia crecientemente agresiva en las semanas finales de la campaña, y hasta ha denunciado que las elecciones están arregladas, pese a la ausencia de pruebas de fraude generalizado en las contiendas presidenciales de Estados Unidos.

También ha afirmado que Clinton atacó e intimidó a mujeres que tuvieron amoríos con su esposo, y al segundo debate llevó a tres mujeres que acusan al ex presidente Bill Clinton de contacto sexual no consentido e incluso violación.

El ex presidente Clinton nunca fue acusado de crímenes relacionados con esos encuentros, aunque sí llegó a un acuerdo con una mujer que le presentó una demanda por acoso sexual.

Para el debate, Trump invitó al hermanastro del presidente Barack Obama, Malik, que apoya su candidatura, y a la madre de una víctima del ataque de 2012 al consulado estadounidense de Bengazi, Libia, en el que murieron cuatro norteamericanos y que ocurrió cuando Clinton era secretaria de Estado.

Clinton, por su parte, llevó al debate al millonario Mark Cuban, un habitual crítico de Trump, y a la CEO Empresarial de Hewlett Packard, una de las principales figuras republicanas de las que la apoyan.

Clinton, quien se ha preparado meticulosamente para los tres debates a expensas de tiempo para hacer campaña en estados clave, incomodó claramente a Trump en los dos primeros debates usando en su contra sus comentarios sobre las mujeres y las minorías.

El empresario empezó el segundo debate a la defensiva -días después de difundirse el video del año 2005 en el que hace comentarios lascivos sobre las mujeres-, pero lo culminó de manera más convincente, afirmando que Clinton ha estado en política 30 años y no logrará el cambio que espera el país.

En el debate, el republicano acusó a Clinton de estar detrás de las recientes acusaciones de abuso sexual en su contra, algo que la demócrata desestimó.

Respecto a la economía, Trump aseguró que si llega a la Casa Blanca crearía una "maquinaría económica" que haría que se pueda crecer a un ritmo anual del 5 % o un 6 %, mientras que si se impusiese Clinton sería de "menos que cero".

Clinton respondió diciendo que el plan económico de Trump hará que el país pierda 3,5 millones de puestos de trabajo, aumentará el déficit y el endeudamiento.