20 de septiembre de 2016
Delincuente violador, condenado a 12 años de prisión
Un sujeto de 29 años fue condenado por los robos y abusos sexuales contra dos mujeres cometidos entre abril y junio de 2015 en dos humildes viviendas del barrio proteño de Villa Lugano.
Un hombre fue condenado a 12 años de prisión por asaltar y abusar sexualmente de dos mujeres, en dos episodios ocurridos entre abril y junio de 2015 en el barrio porteño de Villa Lugano.
Según informa el sitio Fiscales.gob.ar, perteneciente al Ministerio Público Fiscal, la condena fue dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 24 y recayó en Adrián Ortiz (29), quien fue hallado culpable de los delitos de “robo con armas en concurso real con abuso sexual con acceso carnal agravado por haber sido cometido con el empleo de un arma” y “robo simple en concurso real con abuso sexual simple”.
Los jueces Marcelo Alvero, Raúl Llano y María Cecilia Maiza aplicaron al imputado un castigo de 12 años de prisión, dos menos que lo requerido por el fiscal del juicio Fernando Fiszer.
El primer hecho por el que Ortiz fue condenado ocurrió la madrugada del 10 de abril de 2015, cuando abordó a una mujer y a su pareja en momentos en que estaban por entrar a su casa de la Villa 20, en el barrio del Villa Lugano.
Según se reconstruyó durante el debate, Ortiz se abalanzó sobre la joven y le apoyó un cuchillo en el cuello, al tiempo que le exigió a la pareja dinero y objetos de valor. Cuando advirtió que no tenían muchas cosas valiosas, el delincuente quiso entrar a la casa, aunque desistió cuando las víctimas le dijeron que había más gente en el interior. Entonces, obligó al joven de la pareja a que entrara a la casa y le consiguiera algunos bienes, mientras intimidaba y manoseaba a la chica.
El varón de la pareja regresó con dos teléfonos celulares, 500 pesos, un reproductor de DVD y un buzo de color oscuro que Ortiz había exigido especialmente, ya que les había dicho que había matado a una persona esa noche y necesitaba que no lo reconocieran. También, les comentó que habían matado a su hermano, que “no le importaba nada” y les mostró una gran cicatriz en su abdomen.
Luego de apoderarse de las pertenencias, el delincuente le dijo al joven que iba a llevarse a su pareja y lo dejó encerrado, tras lo cual hizo caminar a la chica por un pasillo, la tiró al piso y quiso abusar de ella, de lo que desistió cuando ésta le dijo que padecía una enfermedad contagiosa. No obstante, Ortiz la manoseó y la obligó a que le realizara sexo oral mientras la increpaba para que “le dijera cosas lindas y excitantes”.
El otro hecho ocurrió casi dos meses después, el 7 de junio, cerca de las cinco de la mañana, cuando Ortiz interceptó a una joven en la calle Unanue, dentro de la Villa 20, le exhibió un objeto en su cintura y le exigió que le entregara todas sus pertenencias. La chica le dio su celular, tras lo cual fue empujada por el asaltante hacia uno de los pasillos del asentamiento, donde fue manoseada.
Ante los gritos de la joven, una vecina abrió una ventana del pasillo, momento en que la víctima aprovechó para escapar y refugiarse en una remisería de la zona.
Algunas semanas después, el hombre fue identificado por unos vecinos del barrio, quienes le acercaron la información a la segunda víctima, que lo buscó en la red social Facebook, logró identificarlo y luego, con ayuda de un delegado del barrio, se contactó con la pareja que había sido víctima del primer robo y que también lo reconoció.
Durante el juicio, el TOC 24 calificó los testimonios de las víctimas como "sinceros, espontáneos y sentidos" y consideró que "todavía traducían el inmenso dolor que les provocaba el recuerdo el hecho".
En su alegato, el fiscal Fiszer destacó la situación particular que sufrió la primera mujer abusada, quién a raíz del momento traumático sufrido abandonó el país.