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OPINIÓN

21 de julio de 2014

Feng Shui para locales y comercios: cómo atraer clientes

Una buena calidad energética será determinante para atraer a los consumidores, tanto como para generar una buena predisposición de los empleados y una protección contra energías hostiles de la competencia.

¿Por qué un comercio sobre una gran esquina, de dimensiones amplias y exquisitos productos es poco concurrido? ¿Por qué un negocio sufre robos reiterados? ¿Qué ocurre energéticamente cuando los empleados trabajan a disgusto? En China, no hay negocio que abra sus puertas sin haber estudiado antes el Feng Shui del local. Es sabido que una buena calidad energética será determinante para atraer y retener productivamente a los clientes, tanto como para generar una buena predisposición de los empleados y una protección contra energías hostiles de la competencia y la inseguridad.

 

El lugar

El primer aspecto a evaluar es la ubicación del local. Hay veces que la respuesta al problema no está en el interior del establecimiento, y una mirada atenta desde la puerta de entrada hacia los alrededores puede revelar el motivo. Por ejemplo, si un establecimiento está emplazado sobre una calle de circulación rápida, como una avenida muy concurrida por el transporte automotor, ésta puede llevarse la energía ambiental impidiendo que ingrese al local. Esta situación debilita el Chi del comercio y hace que pase desapercibido y no convoque ni la mirada de la clientela.

También puede ocurrir que la vidriera, la entrada o la marquesina estén expuestas a “aliento maléfico” proveniente de construcciones cercanas, como comisarías, cementerios, terrenos abandonados, hospitales, autopistas y tanques de agua, o estén bajo la influencia negativa de “flechas envenenadas” (aristas afiladas de edificios en punta, antenas, árboles). Si no es posible cambiar de ubicación, entonces hay que recurrir a estrategias de iluminación, colores y algunas protecciones que filtren el ingreso de este Shar Chi (energía nociva).

 

El ingreso

Para aumentar la rentabilidad de manera sostenida, es ideal que la orientación de la puerta de entrada sea una de las propicias del número Kua del patriarca (dueño del negocio o representante legal; conocé cuál es tu número Kua acá). La energía vital debe entrar pero no salir, por eso se recomienda que la puerta de acceso sea de dimensiones generosas, sin obstáculos y que se abra hacia dentro. Es conveniente que al ingresar haya un pequeño espacio o “claro” sin  obstáculos que bloqueen el ingreso del Chi. Hay que evitar que objetos con filo o formas salientes apunten a la puerta de entrada.

Los locales grandes con entradas muy pequeñas no tienen un ingreso fluido de buena suerte. Pero los establecimientos pequeños con una puerta muy ancha o muy alta también corren riesgo de fuga de la fortuna; en general, es más preocupante una puerta muy grande que una muy pequeña. Es propicio colocar perros Fu del lado de afuera, uno a cada lado de la entrada. El banco de Hong Kong tiene su famoso par de leones gigantes que custodian las fortunas con su energía imponente. Es importante que la puerta tenga una numeración visible y nítida y esté en perfectas condiciones. Se puede colgar en ella una campanilla carrillón  que emita un sonido suave y alegre al abrir.

 

Energía ondulada y envolvente

Ya en el interior del local, lo primero que debemos percibir es que allí la energía circule de manera positiva y envolvente, sin bloqueos e invitando a iniciar un recorrido amigable, ya sea con la mirada o con todo el cuerpo. Los rincones oscuros, los productos amontonados y la falta de circulación de aire indican inmediatamente que allí la energía no fluye adecuadamente.

La distribución del mobiliario, de los exhibidores y de la luz marcarán sutilmente el fluir, los puntos de atención y pausa, las instancias para elegir, experimentar el producto o concretar la compra/venta. Los objetos y muebles de puntas salientes o bordes afilados emiten Shar Chi, por eso siempre es mejor elegir los de bordes redondeados y formas circulares y simétricas. La distribución debe dibujar recorridos curvos más que rectilíneos. La ubicación en U de los mostradores es auspiciosa, pues es bien receptiva. El centro físico del comercio es fundamental para localizar el centro vital del negocio. Para eso hay que recurrir al plano del establecimiento y ubicar las direcciones cardinales y el centro. Esta zona nunca debe quedar vacía o bloqueada, es un lugar ideal para colocar una hermosa planta, una mesa o asiento circulares, que generen un punto de descanso o de encuentro.

 

Balances Yin-Yang

Por su actividad, los comercios siempre deben tener un predominio de energía Yang, es decir, dinámica, activa, que genere iniciativa y mantenga atentos los sentidos. El equilibrio ideal entre el Yin y el Yang puede variar de acuerdo al rubro y al tipo de público que se necesite conquistar. Por ejemplo, en una vinoteca, la música y los colores muy vibrantes resultan molestos para el deleite, mientras que una juguetería o una tienda de ropa para adolescentes requieren una mayor vitalidad para estar en sintonía con la energía de los más jóvenes.

Para regular las dosis de Yin y Yang debemos recurrir a los sonidos, la iluminación, los colores, los aromas y la temperatura. La música de fondo es un ingrediente infaltable, puede entusiasmar al cliente y llevarlo a emociones que lo impulsan a comprar. Sin embargo, si aturde tendrá un efecto contrario. La iluminación es otro aspecto clave: aporta energía Yang, pero hay que regular su intensidad. Hay que contar con luces generales y focalizadas. En lo posible, nunca debe ser completamente directa, porque además de encandilar la vista e irradiar mucho calor (Yang), desvirtúa el volumen, contorno y colores del producto. Las vitrinas excesivamente iluminadas dan un aspecto descuidado y barato; en cambio, la luz sugerente e indirecta no molesta e invita a develar lo que sugiere el producto exhibido.

La temperatura ambiental, la ventilación y los aromas son factores importantes para el equilibrio energético. Está comprobado que un local bien ventilado y aromatizado con fragancias suaves y agradables retiene al cliente y aumenta las ventas. Pero las fragancias nunca deben ser tan intensas que saturen el olfato. ¡Ni encierro ni corrientes de aire! El viento nunca debe entrar directamente a un negocio. Mientras que el aire viciado transporta dardos envenenados y aliento maléfico.

 

La caja registradora

Preferentemente la caja registradora no debe estar enfrentada a la puerta de entrada por una cuestión de seguridad. Es ideal que la cajera quede orientada hacia una de las direcciones propicias del dueño del local. Los chinos consideran muy auspicioso colocar un espejo que refleje la imagen de la caja, es decir, de la fortuna. Los espejos pueden también cubrir paredes, columnas y vitrinas, multiplicando la imagen de los productos y los clientes, potencian la energía de la buena fortuna.

 

Lo que no se ve, está

Gran error es descuidar los sectores que no quedan a la vista del cliente. Aunque no se vean, desde allí la energía sigue funcionando e influye en las finanzas y buen funcionamiento de la empresa. Los depósitos deben estar ordenados, iluminados y con libre circulación del Chi. No hay que acumular aquí cosas inútiles, máquinas averiadas, etc. Todo lo que se almacene tiene que tener rotación y movimiento periódico. Si el depósito está en un sótano, podés colocar un espejo grande, plantas (pueden ser artificiales en buen estado que parezcan frescas) y una lámpara de sal para que la energía fluya positivamente. Hay que tener especial control sobre la humedad, la suciedad y los olores desagradables. El mismo cuidado habrá que poner en los baños y cocinas, si los hay, manteniendo la higiene y el orden. Un negocio que tiene la vidriera y el salón de ventas armonizados y estéticamente impecables puede arruinar sus ventas y finanzas o situación legal si la energía de los recintos “ocultos” es negativa.

 

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