Giniel De Viliers, el histórico piloto que unió al Dakar con el Tour de France
El sudafricano habló sobre sus dos pasiones. Además, reconoció que está decepcionado con su participación en el Rally y lamentó el fallecimiento del espectador boliviano
Detrás de sus gafas espejadas y su gorra del equipo Toyota se esconde uno de los máximos ídolos del Dakar 2016. Su experiencia y la coronación lograda en 2009 lo depositaban como uno de los candidatos al título. Sin embargo, en diálogo con Infobae, Giniel De Villiers advirtió que "hasta ahora ha sido una competición muy difícil", y reconoció que "fue decepcionante el tramo de la altura, porque fueron dos días a casi 5000 metros".
Su séptima ubicación en la clasificación general, a 54 minutos y 49 segundos de Stéphane Peterhansel, no lo tranquiliza. "Si nos comparamos con el año pasado, en esta etapa estábamos a siete minutos de Nasser (Al-Attiyah) y hoy la distancia es mucho más amplia. Igualmente no nos damos por vencidos, vamos a seguir empujando en la última parte, porque el tramo que nos queda es más favorable por ir al nivel del mar", afirmó el sudafricano.
Como en 2015 descubrió otra pasión al asistir a la final de Champs-Elysées, la comparación entre el ciclismo y el automovilismo fue ineludible. En su análisis el legendario piloto dijo que ambos deportes "son muy difíciles, porque en el Tour de France la parte física es muy importante y las exigencias del Dakar también tienen sus aspectos incómodos. Son disciplinas completamente distintas, pero en ambos casos la preparación es vital".
El cansancio de Giniel De Villiers es notorio, pero ello no evitó que mantenga su sonrisa y predisposición. También se mostró muy sincero y golpeado por el incidente fatal que protagonizó Lionel Baud en la séptima etapa que unió a Uyuni con Salta, al atropellar a un espectador. "Uno siempre lamenta un accidente de este tipo. En Argentina y Bolivia la gente es muy entusiasta y a veces toma riesgos innecesarios, tendrían que tener mucho más cuidado. Hoy no sé cuál sería la solución para este tipo de situaciones. El fanatismo de la gente hace que vayan más al límite, pero nuestra intención es que el público se lleve un gran recuerdo del Dakar", explicó.
Finalmente, con relación al posible regreso del Dakar a África, el conductor de Toyota manifestó que "esas decisiones le pertenecen a la organización", pero dejó en claro que está "muy contento de correr en la Argentina porque hay un fanatismo muy valorable".
Si bien todavía no tuvo ninguna experiencia extraordinaria como la vez que se cruzó con un grupo de llamas salvajes en Sudamérica o se sorprendió con cucarachas gigantes en el continente negro, De Viliers afirmó que está "preparado para cualquier tipo de cosas, porque esa es la esencia del Dakar". La recta final se aproxima y el sudafricano está dispuesto a todo para descontarle terreno a los Peugeot y culminar su tarea de la manera más digna. A cinco días de la bandera a cuadros todavía tiene muchas aventuras que atravesar.
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