Los himnos de Colombia y Argentina decoraron el homenaje que le brindaron River y Millonarios a don Alfredo Di Stéfano en El Campín de Bogotá. En el debut de Marcelo Gallardo como entrenador de la entidad de Núñez, los equipos se enfrentaron de manera amistosa para recordar a uno de los mejores jugadores de la historia.

Como si se tratara de un compromiso por alguna competición internacional, los de Juan Manuel Lillo comenzaron el pleito con una actitud muy agresiva. Tal es así que a los 60 segundos de iniciado el espectáculo, Jonathan Agudelo se filtró entre los defensores visitantes y definió con un remate cruzado. La rápida salida de Marcelo Barovero fue en vano, dado que el atacante marcó el 1 a 0, cuando el arquero intentó arrinconar a su adversario. La promesa de entretenimiento ya estaba planteada.

La pésima forma de defender facilitó la tarea del dueño de casa. Los pelotazos cruzados a las espaldas de Leonel Vangioni y Gabriel Mercado significaban un daño constante para los de "La Banda". Yuber Asprilla tuvo la oportunidad de ampliar la diferencia, pero "Trapito" le puso el pecho a la situación y desactivó el peligro. La superioridad colombiana era tan perceptible que su victoria aparentaba estar garantizada, sólo debían corregir el último toque para sellar el triunfo.

Pero la notable tarea de Fabián Vargas no fue suficiente para rematar el compromiso, y River se encontró con un verdadero milagro que consistió en un error arbitral. A través de un penal inexistente, Manuel Lanzini festejó el 1 a 1 para que en el descanso, el "Muñeco" acomode a sus dirigidos. El complemento se iba a presentar como una verdadera incógnita sobre la actitud de los protagonistas, dado que el representante porteño tenía muchas cosas que reparar. En cambio, los colombianos debían ser más incisivos a la hora de la definición.

La segunda etapa mostró a un River con mayor dominio del balón, aunque el que volvió a golpear fue Millonarios. Tras una excelente combinación ofensiva, Anderson Plata conquistó el 2 a 1.

Lejos de bajar los brazos, los argentinos no mermaron en su intensidad, y después de una rápida salida de un córner, Bruno Urribarri marcó un golazo para festejar el 2 a 2. La duda se presentó sobre la idea que había tenido una de las incorporaciones "millonarias", ya que su disparo parecía tener un destino de centro. La sorpresa invadió a todos los presentes que asistieron al Campín, debido a que el cotejo debía resolverse desde los 12 pasos.

La ausencia de efectividad en las ejecuciones de Federico Andrada y Julio Chiarini, llevaron a que el festejo se quede en casa. Don Alfredo Di Stéfano tuvo su homenaje que concluyó con sabor a café. Las dos instituciones que tuvieron el honor de contar con la "Saeta Rubia" se dieron el gusto de agasajar a una estrella que supo brillar en uno de los equipos más poderosos de la historia: el Real Madrid.