13 de mayo de 2025
El gobierno francés reveló la verdad sobre el video viral de Macron, Starmer y Merz en el tren a Ucrania: la intervención de Putin

Un clip breve de los líderes de Francia, Alemania y Reino Unido sacudió las redes sociales. Sin embargo, detrás de las polémicas imágenes estaba el Kremlin
La supuesta “baggie” (bolsa de cocaína) que aparece en la imagen resultó ser un simple pañuelo. Sin embargo, la Detrás de esta acusación aparentemente absurda se encuentra una maquinaria bien conocida: la desinformación rusa, un recurso sistemático que el Kremlin utiliza para debilitar a sus adversarios, deslegitimar a líderes occidentales y desacreditar el apoyo europeo a Kyiv.
Según detalla Euronews, esta campaña digital, orquestada con precisión, revela un patrón que se ha vuelto cada vez más evidente desde el inicio de la invasión a Ucrania.La acusación contra Macron, Merz y Starmer no es un hecho aislado, sino parte de una estrategia sistemática de desinformación impulsada por Rusia. Le Monde reseña que esta operación combina la manipulación visual con la amplificación masiva a través de cuentas automatizadas, medios afines al Kremlin y figuras de extrema derecha. Su objetivo: erosionar la imagen de los líderes europeos que respaldan a Ucrania, al tiempo que siembra desconfianza entre sus ciudadanos.En este caso, el mecanismo fue claro. Primero, se difundió un video real, grabado por medios internacionales como AFP y AP, donde los tres mandatarios saludan en un vagón del tren. En la mesa, un objeto blanco junto al vaso de Macron fue identificado falsamente como una bolsa de cocaína.Estas versiones alteradas fueron promovidas por cuentas prorrusas y por medios como Global Euronews (que imita la identidad visual de Euronews) y Pravda.Ru.
La campaña fue validada desde niveles oficiales: la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zakharova, declaró que los líderes “se drogaron juntos” y “olvidaron ocultar sus instrumentos antes de que llegaran los periodistas”.El componente final de la operación llegó con la amplificación por parte de figuras conocidas por difundir teorías conspirativas.
Este modelo de intoxicación informativa se basa en una táctica conocida: lanzar una mentira con un mínimo de ambigüedad visual, difundirla a gran escala, y esperar que la réplica se instale antes de que las verificaciones logren alcanzar al público general. Para cuando se emite la aclaración, el daño simbólico ya está hecho.Ante la propagación de fake news, los gobiernos europeos reaccionaron con rapidez para desactivar la narrativa falsa. El Palacio del Elíseo fue el primero en pronunciarse, publicando en su cuenta oficial de X un mensaje claro: “Esto es un pañuelo, para sonarse la nariz”. La publicación, acompañada de una imagen ampliada del supuesto “baggie”, subrayó que el contenido difundido formaba parte de una campaña de manipulación promovida por enemigos de Francia, tanto internos como externos.“Cuando la unidad europea se interpone en el camino, la desinformación llega al extremo de hacer pasar un simple pañuelo por droga. Esta falsa información la difunden los enemigos de Francia, tanto dentro como fuera del país. Cuidado con la manipulación”, advierte Francia.El gobierno alemán calificó las acusaciones como “absurdas” en declaraciones a la plataforma EuroVerify, mientras que el Centro para Contrarrestar la Desinformación de Ucrania denunció el episodio como un caso vergonzoso de propaganda rusa. “Si el Ministerio de Exteriores ruso intenta fabricar un escándalo internacional a partir de un pañuelo, es evidente que Moscú se ha quedado sin argumentos”, afirmó el organismo ucraniano.Así, el caso sirve como ejemplo didáctico de cómo funciona la guerra informativa moderna: los rumores se construyen sobre elementos cotidianos, se deforman con ayuda tecnológica, y se propagan mediante redes de influencia bien engrasadas.
