13 de marzo de 2025
Los sonidos y silencios de conflictos anunciados

Entre discursos de poder y movimientos estratégicos, las tensiones entre Oriente y Occidente podrían derivar en un nuevo escenario de confrontación
El pueblo chino debe prepararse para sostenerse sobre sus propias fortalezas, que incluyen el más grande mercado del mundo al contar con 400 millones de hogares con el poder de compra de la clase media de Europa o Estados Unidos. En materia tecnológica, los adelantos en inteligencia artificial ya sobrepasan los de Occidente; el país no tiene deuda interna ni externa; la sociedad china está supremamente integrada.
Ese discurso, al cual ni los medios tradicionales ni los blogs o los influencers han prestado demasiada atención, constituyó el lanzamiento de una nueva política internacional cuyos hitos son: en el terreno de las manufacturas, la sustitución de los intercambios con EEUU por mayores y más intensos intercambios con Europa; la provisión de asistencia internacional para el desarrollo a todas las naciones identificadas como productoras de insumos fundamentales para la cadena de valor china; y el fortalecimiento del yuan como moneda de inversión.
Estados Unidos, por su parte, claramente tiene intenciones de hacer conquistas árticas, atraído por la geopolítica de la región y la generosa presencia de los minerales raros. Con el Canal de Panamá controlado, Brasil en caos económico, Argentina en vías de resurrección y México asediado por los cárteles criminales y los aranceles estadounidenses, EEUU tiene el camino despejado para crear un nuevo sistema de poder en el cual haga sociedad con Rusia y, entre ambas, se repartan las riquezas del Ártico. Adicionalmente, contaría con el respaldo de Narendra Modi, de la India; Recep Tayyip Erdoğan, de Turquía; desde luego, Israel y posiblemente Arabia Saudita y los países del Golfo, así como Filipinas e Indonesia. Hungría posiblemente abandone la Unión Europea para sumarse a este bloque.
Tendría así el mundo dos locomotoras de crecimiento y quizás se imponga un período de paz y estabilidad.En este caso, posiblemente, en lugar de encaminarse el mundo hacia un reacomodo de su economía y alianzas políticas, seguramente comenzaría el tránsito hacia otra conflagración mundial. ¡Nada auspicioso el panorama!